La diabetes tipo 2, que en Puerto Rico se estima la padece más de medio millón de personas, está relacionada con la genética y el estilo de vida. Si tiene un familiar cercano como madre, padre o hermano con la condición, el riesgo de desarrollarla es tres veces mayor. 

Pero, como tratamiento preventivo se puede recurrir a la alimentación saludable y a a una actividad física bastante vigorosa.

Para analizar el efecto del ejercicio en las personas con mayor riesgo de diabetes tipo 2, investigadores de la Universidad de Lund, en Suecia, realizaron un estudio con 50 hombres que estaban en sobrepeso pero gozaban de salud. Todos estaban en los 40 años y la mitad de ellos estaba en el grupo con mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad.

Según reseñado en el portal EurekAlert, durante siete meses los 50 hombres hicieron ejercicios regularmente en un gimnasio. Recibieron tres sesiones de entrenamiento por semana, incluida una clase de spinning  y dos de aeróbicos, en las que se comprobaba la intensidad del ejercicio y el consumo de energía.

Antes y después del entrenamiento cada participante era sometido a un examen médico y a una prueba de tolerancia a la glucosa para verificar la capacidad de las células de absorber el azúcar en la sangre. También se hicieron biopsias musculares para evaluar la actividad de varios genes.

Aunque la rutina de ejercicios fue igual para el grupo en riesgo y para el grupo control, los primeros asistieron a más sesiones y, como conjunto, gastaron más energía.

Luego de hacer los ajustes por diferencias, los resultados mostraron que ambos grupos se beneficiaron con pérdida de peso, menos volumen en la cintura y una mejoría en su aptitud física. El comportamiento de los genes también pareció mejorar.

“La diferencia fue que los participantes del grupo en riesgo tuvieron que hacer más ejercicio para lograr los mismos resultados que los del grupo control”, indicó Ola Hansson, quien lideró el estudio y aclaró que se requiere más investigación para entender el por qué y eventualmente determinar cuál es el ejercicio más eficaz para prevenir la enfermedad.

En investigaciones futuras se espera conocer si es la cantidad de ejercicio o la intensidad el factor crucial en determinar cómo el grupo en riesgo responde a la actividad física.