Todas las mañanas, al levantarse de la cama, Carmen sentía un dolor insoportable al apoyar el pie en el piso. Con el paso del tiempo esto le trajo más problemas, pues los dolores comenzaron a ser más recurrentes y empezó a dolerle también la rodilla y la espalda baja. A insistencias de su esposo, fue a ver a un podiatra, un doctor en medicina podiátrica, especializado en temas relacionados con los pies, los tobillos y la parte baja de las piernas. Éste le dijo que lo que tenía era fascitis plantar.

Miguel J. Martín Jiménez, cirujano podiatra del Hospital Auxilio Mutuo, en Hato Rey indicó que la fascitis plantar, es un dolor agudo en la parte de abajo del pie, en el talón. 

 “La fascia plantar es el tejido grueso en la planta del pie. Este tejido conecta el calcáneo a los dedos y crea el arco del pie. Cuando este tejido se inflama o se hincha, se denomina fascitis plantar”, explicó.

La fascitis plantar se observa tanto en hombres como en mujeres. Ésta es una de las dolencias ortopédicas más comunes del pie.

La inflamación sucede cuando la banda gruesa de tejido en la planta del pie (fascia) se estira o se sobrecarga demasiado. Esto puede ser doloroso y hacer más difícil el hecho de caminar. Ocurre por problemas con la pisada.

“Los problemas con la pisada pueden ser de nacimiento, como tener pie plano o pie muy arqueado, entre otros, o puede ser por problemas adquiridos, ya sea fracturas, sobre ejercicios, sobre peso, aquellos que realizan movimientos violentos con el pie o los que están demasiado tiempo parados, entre otros. Ese pobre estiramiento crea un desgarre en la fascia plantar, y produce un aumento de inflamación y, por ende, dolor”, manifestó el doctor Martín Jiménez.

Según el podiatra, la fascitis plantar se caracteriza porque el dolor más agudo sucede cuando uno da el primer paso de la mañana, sobre todo cuando uno apoya en el piso el talón por primera vez. “Al estar tantas horas inactivo, ese primer paso es siempre bastante doloroso. También puede ser doloroso después de un largo rato sin apoyar el pie, sin caminar. Esto impide a la persona realizar actividades cotidianas”, agregó.  

Dijo Martín Jiménez que en Puerto Rico la gente llama a la fascitis plantar comúnmente como “espuelones”.

“La gente lo llama ‘espuelones’ porque hay unos cambios evidentes en las radiografías que se ven en el talón, en el calcáneo. Se ven como unas espuelitas y de ahí el nombre. Como la sensación de dolor se siente como un pinchazo, la gente piensa que esas espuelitas es lo que le debe estar pinchando y no es así”, recalcó. 

Si este es tu caso,  necesitas un especialista en el área – un médico podiatra- para poder diagnosticar cuál es el problema de la pisada y corregirlo. Para ello se lleva a cabo un estudio minucioso del pie y de la huella plantar.

“Si la persona no va al médico para corregir su problema de pisada, está destinada a sufrir dolores recurrentes y, eventualmente, puede desarrollar otros síntomas como problemas en la rodilla o en la espalda baja”, advirtió el cirujano podiatra del Hospital Auxilio Mutuo.

¿Qué se puede hacer?

Hay dos maneras de resolver el problema, una es con cirugía y la otra es con tratamientos conservativos. 

“Los mecánicos industriales y las personas mórbidamente obesas son los más propensos a cirugías. La cirugía es mínimamente invasiva. Se secciona una porción del tejido de la fascia plantar, unos 13 milímetros. La operación es ambulatoria y se realiza en una sala de operaciones con anestesia local. La recuperación es de dos a tres semanas”, sostuvo el médico. 

Aseguró el especialista que, sobre el 90% de los pacientes, el problema de sus síntomas se resuelve con tratamiento conservativo.

Entre estos tratamientos están: una combinación de estiramientos, plantillas (ortóticos) que cambia la pisada, la cual debe ser personalizada. “Esta plantilla neutralizará cualquier desequilibrio de la pisada y optimizará los apoyos”, subrayó. 

Otro tratamiento es el uso de una férula nocturna. “Este es un aparato que el paciente se pone en la pierna y tobillo para mantener la fascia plantar estirada durante la noche y, por lo tanto, revierte el proceso de acortamiento de la fascia”, expuso.

También se puede utilizar antiinflamatorios orales, sobos, puede aplicar hielo en la zona del dolor y, frecuentemente, el médico puede mandarle inyecciones de cortisona o inyecciones de Plasma Plaqueta-Rica (PRP). 

Ejercicios que puedes hacer

Una rutina de ejercicios y estiramientos adecuada ayudará a recuperar movilidad y aliviar los dolores. Deben hacerse sentado para permitir mayor relajación muscular.

1. Ejercicio de la toalla en el suelo

Siéntate en una silla o en el sofá para no perder el equilibrio, después, pon una toalla en el suelo frente a ti e intenta cogerla con los dedos del pie. Esos sencillos movimientos te ayudarán a recuperar la movilidad. Hazlo unas tres veces al día.

2. Rodar una botella de agua

Llena una botella plástica con agua ponla en el refrigerador para que se congele. Una vez congelada, la pones en el suelo sobre una toalla. Te sientas y pones el pie sobre ella, y hazla rodar sobre tu planta del pie, por cinco minutos. Repite tres veces al día.

Síntomas 

El síntoma más común es el dolor y la rigidez en la parte inferior del talón. La planta del pie también puede doler o presentar ardor, y un poco de enrojecimiento.

El dolor generalmente es peor:

En la mañana cuando usted da los primeros pasos. Después de pararse o sentarse por un rato. Al subir escaleras. Después de actividad intensa. Al caminar, correr o saltar cuando practica deportes. El dolor puede aparecer de manera lenta con el tiempo o aparecer repentinamente después de una actividad intensa.