La actividad sexual es natural y sana, más allá de la demonización a la que ha sido sometida por siglos. Lo que sí es preocupante es cuando se sale de los parámetros y se incurre en conductas de riesgo para lograr el placer.

Entre las expresiones sexuales está la masturbación y, aunque no representa ningún problema, cuando se hace en público, a la vista de todos, no solo se invade el espacio personal de extraños sino que se incurre en una violación a la ley.

Este es el caso de Amaury Oballes Figueroa, quien fue arrestado ayer en la mañana en los jardines de la Casa de las Leyes, cuando, presuntamente, se estaba masturbando. El panorama se le complicó cuando el hombre de 21 años fue atrapado en el acto y, además, con un arma de fuego, cargada, con la serie mutilada.

Más allá del lío legal -que lo terminó metiendo de cabeza en el Centro Metropolitano de Detención, bajo jurisdicción federal- lo que realmente llama la atención es por qué escogió una zona tan pública para autocomplacerse. ¿Sería exhibicionismo? ¿Afán de llamar la atención? ¿Problemas mentales? De la pesquisa policial se desprende que el detenido es usuario de sustancias controladas, lo que podría haber impedido el buen juicio al momento de decidir cometer el acto.

Sean cuales sean los motivos que tuvo este individuo la pregunta que flota en el aire es: ¿la masturbación es mala?  De acuerdo con el periodista Michael Castleman, con más de tres décadas en investigación sobre la sexualidad y citado en un artículo publicado en Psychology Today, existen siete mitos que rodean la masturbación:

Mito #1. Todo el mundo se masturba: No necesariamente. Ya sea por razones religiosas, sociales o de crianza, no todas las personas practican el sexo a solas. Citando un estudio del año pasado realizado por el Instituto Kinsey, de la Universidad de Indiana, se entrevistó a 5,865 norteamericanos entre las edades de 14 y 94 años. Dependiendo de las edades, “67 a 94 por ciento de los hombres se han masturbado al menos una vez; 43 a 67 por ciento lo han hecho durante el último mes, con los más jóvenes practicando el autoerotismo más seguido”. Nótese que el estudio no cita a las mujeres y que, además, este acto sexual sigue siendo profundamente estigmatizado.

Mito #2. Puede dañar los genitales: Es extremadamente difícil hacerse daño a través de la masturbación, según Castleman. “El propósito biológico de la vida es reproducirse, por lo que los genitales han evolucionado a través de los siglos para ser fuertes y resistentes”, explica, comentando que lo peor que puede pasar es sentirse demasiado sensible entre sesiones.

Mito #3. Puede causar problemas mentales: Si esta actividad esporádica se convierte en regla y empieza a interferir con tu vida, es necesario buscar ayuda de un terapista sexual. 

Mito #4. La masturbación puede acabar con tu impulso sexual: Si estás en buena salud no hay ningún problema con esta práctica. Más allá del estigma social o religioso que rodea la masturbación, físicamente es prácticamente imposible que se “apague la llama”, a menos que entren en juego otros asuntos de salud. Si sientes que estás perdiendo el libido, consulta a un médico.

Mito #5. Los vibradores dañan los órganos sexuales: Todo lo contrario; los vibradores son solo una de las alternativas para alcanzar el orgasmo y pueden, incluso, enseñar a lograrlo. Todo dependerá del uso que se le dé.

Mito #6. Las mujeres se pueden volver adictas a los vibradores: Nuevamente, no. Puede ser que “les cojan el gusto” a uno en particular, pero no van a renunciar al sexo por un vibrador. De hecho, pueden incorporarlo en los juegos en la cama, para el disfrute junto a su pareja.

Mito #7. Si tienes pareja, masturbarse es malo: Las razones para el autoplacer son tan variadas como las razones para no hacerlo. Es cuestión de gustos y no de opiniones y, ciertamente, es una decisión personal. Si encuentras que tu pareja te juzga por masturbarte, ya es un asunto a conversar e, incluso, llegar a acuerdos o buscar un terapista sexual. 

En fin, para los gustos los colores... y las acciones. Disfruta, diviértete... pero no te expongas -ni expongas a los demás- a situaciones que podrían terminar lanzándote en la cárcel.

La ñapa

¿Qué es la parafilia?

La palabra derivada del griego pará (“al margen de...”) y filia (“amor”), se refiere a prácticas sexuales que son, por naturaleza, riesgosas e inaceptables por la sociedad en general. Las parafilias más comunes son:

Pedofilia: Actividad sexual con niños de 13 años o menos. Considerada como una de las peores desviaciones sexuales. 

Exhibicionismo: Exponer los genitales a extraños. 

Voyerismo: Observar a otras personas en actividades sexuales, sin su consentimiento. 

Frotismo: Tocar o rozar con los genitales a otras personas, sin su consentimiento. 

Fetichismo: Obtener placer sexual de objetos inanimados. 

Masoquismo sexual: Lograr el orgasmo a través del sufrimiento. 

Sadismo sexual: Alcanzar el éxtasis haciendo sufrir a otros. 

Fetichismo travesti: Sentir placer sexual al vestirse con ropas del sexo opuesto. 

Otras categorías de parafilia incluyen diagnósticos en los que el individuo deriva placer de prácticas sexuales con cadáveres (necrofilia), animales (zoofilia), orina (urofilia), heces (cropofilia) o llamadas obscenas (escatología telefónica). Existen decenas de otras parafilias, todavía bajo estudio, reconocidas por la Asociación de Psicología Americana. 

Fuente: Psychology Today