Hay quienes pudieran pensar que el deleite de ver películas de misterio o de terror está asociado con tener un trastorno mental o con llevar en nuestro interior el potencial de convertirnos en una persona maquiavélica. Pero todo parece indicar que no es así.

En términos generales, la preferencia por ver filmes en los que se ven presencias fantasmales, zombies y entes que amenazan con la seguridad de todo ser humano implicado en la trama, obedece a  nuestro interés por disfrutar de descargas de adrenalina con la certeza de que no estamos en un peligro real.

Además, el psicólogo Carlos Sosa explica que “estas películas pueden servir de catarsis porque hasta cierto punto, cuando la persona sale del cine, se siente hasta más relajado”. El doctor aclara que, contrario a lo que muchos pudieran pensar, “esta conducta para nada es un indicativo de que la persona sufre alguna patología”.

Por otro lado, el doctor observa que “siempre los elementos del miedo y el terror han estado envueltos en la cultura popular”. En este sentido, no sorprende que haya un público que aprecie estas historias porque “al ser humano le atrae mucho lo morboso”.

Ahora bien, “lo que es totalmente censurable es que los padres lleven a los niños a ver este tipo de películas”, señala con énfasis el doctor. “Los niños  no tienen una concepción clara entre la fantasía y la realidad, y esto sí puede influir en el desarrollo emocional del menor”. Esto pudiera “llevar a que tengan problemas como pesadillas o que desarrollen miedos irracionales, fobias, porque no está preparado para entender que eso es una ficción”. 

Lo mismo aplica a “personas jóvenes –como adolescentes- que no están preparadas emocionalmente para verlas, en especial cuando son escenas violentas, muy sangrientas”, aclara. “Los jóvenes pueden malinterpretar y eso puede ser nocivo para su desarrollo”.  En cambio cuando se trata de un espectador adulto, “esto ayuda a que la interpretación de lo que se ve sea correcta, a crear una línea divisoria” entre lo que es apropiado y lo que no lo es.

Para citas con el psicólogo Carlos Sosa, puedes llamar al 787-755-2402 o al 787-640-2823.