Gustavo Ortiz y Mercedes Velan son dos ciudadanos argentinos que han conmovido a miles de personas con su simpática historia de amor, luego que esta fuera compartida en YouTube y difundida por varios medios de su país.

Cierto día, Gustavo y Mercedes acudieron a una iglesia a lo que se supone que iba a ser el matrimonio religioso de unos amigos, pero la mujer se llevaría la más grande sorpresa de su vida al descubrir que en realidad la boda a la que había llegado era la suya. Su esposo era quien había preparado todo y fue quien compartió el registro de la escena en las redes sociales y YouTube.

La emocionada novia no pudo contener las lágrimas al recibir las muestras de cariño de todos los invitados y ver que los tres hijos que tiene con Gustavo también la estaban esperando dentro de la iglesia. En el camino, sus amigas y parientes le colocan un velo y le entregan un ramo de flores, tras lo cual es llevada al altar por su padre.

La pareja tenía 30 años de relación y se había casado por la vía civil en 2003. Ortiz, fotógrafo del diario Clarín, explicó que la idea con la que sorprendió a su mujer surgió hace cinco años, pero tras preguntar en varias iglesias, siempre se encontró con la negativa de los párrocos.

Sin embargo, a mediados de este año, Gustavo volvió a considerar el viejo proyecto y finalmente encontró un sacerdote dispuesto ayudarlo. El fotógrafo calificó al religioso como “un fenómeno”.

Pese a ello, Ortiz tuvo que elaborar un complicado plan para ‘engañar’ a su esposa, lo que incluyó la creación de invitaciones falsas y el que las amigas de Mercedes la convencieran de no usar un vestido negro corto y mandar a hacer un vestido largo y de un color claro. El encubrir la puesta en escena el mismo día de la boda fue un reto aún mayor.

A juzgar por el vídeo de YouTube que acompaña a esta nota, todo salió a la perfección y Gustavo pudo cumplir lo que él señaló que era un “sueño”. Esa noche Mercedes nunca dejó de sonreír.

“No pensé que el vídeo iba a tener tanta repercusión, me escribe gente que no nos conoce y me cuenta que ve el video y llora”, señaló Ortiz a Clarín. Una historia con final feliz sin lugar a dudas.