Todos quisiéramos enamorarnos una sola vez… y para toda la vida. Pero, la realidad es que, en la mayoría de las ocasiones –entre la preadolescencia y la edad adulta–, casi todos nos enamoraremos y desencantaremos más de una vez.

Partiendo de la premisa de que somos personas honestas y leales –es decir, que no aspiramos a ser picaflores ni a tener tantos romances como semanas tiene el año–, las razones para dejar de querer a alguien pueden ser muchas y estar justificadas. Y que conste, que no siempre tienen que obedecer a que haya una infidelidad abierta ni un conato de romance, aunque sea platónico. A veces, según pasa el tiempo, son muchas las razones que nos pueden ir distanciando: desde gustos personales hasta el hecho de querer o no querer tener hijos, pasando por relaciones con los familiares políticos y hasta creencias religiosas.

Relacionadas

A menudo, también, muchos de nosotros no sabemos cómo terminar con la relación y continuamos con  la unión más allá de lo que deberíamos por miedo a herir a la otra persona o al “qué dirán”. Pero lo cierto es que cuando el amor se va, raras veces vuelve y lo que hacemos es prolongar una agonía que ambas partes bien pudieran evitar.

A continuación, consejos para romper con una relación que ya no te satisface.

¿Qué me pasará si nos dejamos?

Si esta es tu mayor preocupación, los expertos te piden que reconozcas que cuando el miedo se fundamenta en el futuro, ¡el futuro no existe todavía! Esto lo que revela es que no eres consciente ni estás en dominio de tu presente. Ello no quiere decir que no pienses en tu futuro o que no tomes las medidas pertinentes para asegurar tu estabilidad emocional y financiera, entre otras cosas a contemplar. Lo que quiere decir es que no te pongas a pensar en todo lo malo que te podría ocurrir si rompes con tu relación actual. Tomar decisiones importantes basándose solo en sentimientos de miedo no es nada productivo. Enfócate en lo que está ocurriendo en tu vida, en tus sentimientos actuales, tu estado emocional, y trata de definir qué es lo que te haría más feliz –o, en su defecto, qué es lo que te traería más paz– en estos precisos instantes. ¿Prefieres la soledad, pero con tranquilidad, o la compañía, aunque no sea la que realmente deseas?

No dejes que te domine la culpa

Nadie tiene derecho a maltratar a nadie, obviamente. Eso dicho, nadie puede controlar los sentimientos de los demás. Con frecuencia, las parejas no se atreven a separase porque se sienten culpables de que puedan estar hiriendo al otro. Pero, esos sentimientos de culpa invariablemente nacen porque cada cual mira la relación desde su propia perspectiva y proyecta en el otro sus propios sentimientos e inseguridades. Trata de recordar que tú no tienes dominio sobre los sentimientos ajenos y, siempre y cuando te portes de manera honesta y considerada, no debes experimentar culpabilidad por querer disolver una relación. Por otro lado, si tú no tratas mal al otro, el otro no tiene porqué sentirse mal. Las separaciones duelen, por supuesto, pero si se manejan bien, nadie tiene porqué sentirse ofendido. Además, para bien o para mal, tú no puedes evitar lo que la otra persona vaya a sentir, pues cada cual maneja su estado emocional de acuerdo con sus capacidades particulares.

Tu vida es eso: tu vida

Somos tantos los que, casi siempre, pensamos que nuestra paz, nuestra seguridad o nuestra felicidad depende de los demás pero, ¡eso no es cierto! De hecho, esa es una de las principales razones por las que muchos siguen en una relación sentimental, aunque ya no quieran a la otra persona. Sin embargo, cuando aceptas que tú –y solo tú– posees las riendas de tu propio destino, la decisión de disolver una unión que no te hace feliz se hace más llevadera.

Ni víctima ni villano

El hecho de que te separes de una persona no te convierte, obligatoriamente, en el “malo” o la “mala” de la película. Por otro lado, si seguir con una persona a quien ya no amas te hace sentir como una víctima, considera que eso es lo que está pasando: “tú” eres quien “te” está haciendo sentir así. Es más, podrías estar haciéndole un favor a esa persona a quien ya no quieres, pues le estarías dejando el camino libre para que encuentre su propia felicidad. A nadie le gustaría que se quedaran con él o ella por pena; todos queremos ser profundamente amados y todos tenemos derecho a encontrar la felicidad. Permanecer en una relación donde el amor se ha muerto, donde ya no hay alegría, es cruel con ambas partes de la pareja. Cuando vengas a ver, probablemente, los dos saldrán ganando con esta ruptura que siempre será preferible a vivir con amargura o a recurrir a la infidelidad.

Fuente: care2.com