Mientras la mayoría de las familias puertorriqueñas disfrutan de la abundancia en sus mesas y brindan gracias por ello, existen otras tantas miles que dependen de los servicios de entidades comunitarias para allegar diariamente una porción básica de alimentos.

De ahí la creación en 1988 del Banco de Alimentos de Puerto Rico, que en sus orígenes se organizó con la unión de esfuerzo de seis personas en una iniciativa de un grupo de misioneros, cuyo trabajo es satisfacer las necesidades alimentarias de niños, enfermos y necesitados que se encuentran en desventajas socioeconómicas y que ahora cuenta con decenas de voluntarios de 128 organizaciones sin fines de lucro, que a través de toda la Isla, reparten la canasta básica alimenticia a cerca de 123,000 familias anualmente.

“Es una experiencia muy gratificante. Nos sentimos compelidos al servicio comunitario de entrega de los alimentos no perecederos a estas familias previamente cualificadas y a personas con necesidades especiales que así lo ameriten. Continuamos esta labor en otros municipios y nuestra meta es llegar a circunvalar la Isla”, manifestó Valerie Martínez, coordinadora del Programa Mochila Alegre y del Centro de Voluntarios del Banco de Alimentos de Puerto Rico.

Tan reciente como la semana pasada la entidad sin fines de lucro ofreció sus servicios del Programa la Mochila Alegre en Impacto Comunitario simultáneos a cerca de 773 familias en los municipios de Vieques y Humacao.

“El propósito de los Impactos Comunitarios del Banco de Alimentos es  que las organizaciones nos identifiquen las personas que estén pasando una necesidad alimentaria para proveer una  ayuda inmediata con las denominadas compras de emergencia. Hemos impactado a cerca de 3,600 familias por año, lo que equivale a más de 5,400 en el año y medio que llevamos a cabo el proyecto”, sostuvo la funcionaria.

Por su parte, la directora ejecutiva del Banco de Alimentos de Puerto Rico, Ivonne Bernard, explicó que “en momentos que las personas disfrutan de su Día de Acción de Gracias en abundancia, tenemos que crear consciencia que hay hambruna entre otras muchas familias de la Isla y que exhortamos a la generosidad del pueblo para poder llevarles los alimentos necesarios que se necesitan”.

Según Martínez, la entidad determinó que las zonas sur y este de la Isla presentan la mayor cantidad de familias en extrema pobreza.

 “Es por eso que hemos trabajado principalmente con los residentes de estas áreas, no obstante nuestro deseo es llegar a todos y cada uno que necesite de nuestros servicios”, declaró.

“Nuestro objetivo principal es seguir sirviendo con alimentos a sobre 500 agencias. Además, continuar proveyendo seguridad alimentaria a más de 300 niños a través del programa La Mochila Alegre”, destacó.

El Banco de Alimentos asiste a los 78 municipios de Puerto Rico, consiguiendo y distribuyendo más de 4 millones de libras de alimentos y productos alimentarios por año. El 100% de los alimentos y artículos de primera necesidad que distribuye el Banco de Alimentos provienen de donaciones realizadas por la Industria de Alimentos.

“Las organizaciones de base comunitaria distribuyen el alimento de forma continua a través de los siguientes programas: Centros de Cuido a Niños y Envejecientes, Hogares para Mujeres y Niños Maltratados, Servicios dirigidos a Pacientes de HIV/SIDA (hogares y servicios ambulatorios), Albergue para Deambulantes, Hogares para Niños, Adolescentes y Adultos con Discapacidades, Hogar de Rehabilitación de Drogas y Alcohol, Comedores Comunitarios para Deambulantes, Compras de Emergencias a Familias e Individuos, Escuelas Dominicales, Niños en Tutoría, Hogares de Religiosas y Albergue para Mascotas.

La compra de emergencia incluye alimentos enlatados, arroz, salsa de tomate y condimentos —entre otros—, con los que los beneficiarios pueden confeccionar desayunos, almuerzos y cenas por espacio de una semana. El Banco de Alimentos cuenta con tres vehículos para recogido de alimentos y productos que son donados al mismo. 

“Además de alimentos no perecederos, también aceptamos productos de higiene personal y para la limpieza de los hogares. Sobre los alimentos el procedimiento que se lleva a cabo en las facilidades del Banco de Alimentos dirigidas a inspeccionar, evaluar, segregar, clasificar y empacar a fines de asegurar que el producto esté en estado óptimo para ser distribuido a las organizaciones participantes del Banco de Alimentos”, concluyó Bernard.

Si desea conocer más sobre los servicios y trabajos, o aportar para el Banco de Alimentos de Puerto Rico, puede llamar al 787 740-3663.