Desde aquella madrugada del 4 de octubre de 2015, nada es igual para los residentes de la urbanización Hacienda Las Lomas en Ceiba.  Un deslizamiento de terreno dejó a su comunidad visual y anímicamente devastada.  En ese momento, sus sueños se derrumbaron tal como lo hizo parte del suelo que los sostiene.

Esta realidad se mantiene latente y, lamentablemente, la agonía continúa.  Las intensas lluvias del pasado mes de noviembre agravaron el panorama.

“Las casas presentan más daños, y hay residencias que no tenían problemas y ya han comenzado a verse afectadas”, explicó Maritza González, dueña de una de las 28 viviendas que componen la calle #3. 

Las constantes lluvias también ocasionaron un nuevo deslizamiento de terreno, esta vez en la calle #4.  A raíz de esto, dos familias fueron desalojadas de sus casas.  En ese entonces, la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Desastres (AEMED), se instaló en la urbanización con el fin de monitorear la zona las 24 horas del día, pero salieron del lugar para el mes de diciembre. 

Este fue el último contacto de los residentes con una agencia de gobierno y, para la comunidad, es de suma importancia recibir el apoyo de la nueva administración.

“El alcalde siempre ha estado pendiente, pero los políticos que nos visitaron entre los últimos meses del año nos dijeron que debíamos esperar al mes de enero para que el nuevo gobierno entrara en función.  Ya llegó enero y parece que están ocupados en sus cosas y para acá ni han mirado”, indicó González, quien fue nombrada portavoz de la comunidad desde el 2010. 

Adicional a la lucha diaria de estas familias, se suman las gestiones con el banco que financió sus hipotecas.

Para principios de diciembre, el Banco Popular reunió a los residentes para ofrecerles una moratoria en sus pagos por seis meses, retroactivo al mes de noviembre.

“Este paso fue positivo para nosotros, pues estamos afectados porque seguimos pagando viviendas que están a punto de colapsar.  Son muchos los que no pueden pagar su casa más la renta de una vivienda temporera”, explicó Maritza, quien tuvo que mudarse junto a su hija, luego de que las residencias de ambas se vieran afectadas por el derrumbe.

Otra de las acciones recientes del Banco Popular fue la contratación de la empresa Geo-cim para la realización de un estudio de suelo.  Este consta, entre otras cosas, de la instalación de unos infinómetros que miden el movimiento del terreno.  Al momento de Horizonte visitar la zona, los trabajadores de Geo-cim se encontraban laborando en la calle #2 y en zonas aledañas al área colapsada.