Olga Román
Tus Mascotas

La llegada de una mascota llena el hogar de amor... y de  nuevas responsabilidades.

El nuevo integrante de la familia, ya sea un perro, un gato u otro animal, supone un proceso de preparación, organización y adaptación.

Elizabeth Rivera, veterinaria y catedrática del programa de tecnología veterinaria del programa de bachillerato en tecnología veterinaria del Recinto de Ciencias Médicas, sostiene que es alrededor de las seis semanas que las mascotas son separadas de sus madres para ser acogidas en sus nuevos hogares.

Tener una mascota no  trata tan sólo de escogerle un nombre bonito:  implica mucho más. Según la veterinaria, la primera gestión que deben hacer los dueños de una mascota es llevarla al veterinario para comenzar el proceso de vacunación, desparasitación y esterilización,  y establecer un plan de alimentación. También es importante evaluar su salud para identificar si tiene alguna condición que requiera tratamiento médico.

“Esas vacunas iniciales son bien importantes en la vida del perrito y del gatito”, advierte la veterinaria,  a lo que añade que éstas se aplican cuando el animalito tiene seis semanas de vida. “Cada tres semanas,  se dan dos refuerzos adicionales. La serie de vacunas inicial termina a los tres meses. Después de esa  serie de vacunas, se supone que una vez al año se renueven”, informa la veterinaria.

Otra de las gestiones que tienen prioridad al encargarse de una mascota es comprarle un collar con una chapa con su nombre, dirección y un teléfono. “Si se pierde, por lo menos, hay un modo de identificar de dónde vino y un teléfono”, afirma la veterinaria.

Designa un área para ellas

“Lo primero que debe hacer una familia es conseguir un lugar en la casa que no sea muy grande (para ubicar al perro o al gato). No lo debemos soltar por toda la casa”, sugiere Rivera, quien añade que a medida que la mascota se vaya acostumbrando a esa área, se le va dando acceso, poco a poco, a otros espacios del hogar.

La experta también advierte que mientras tu mascotita no esté vacunada, no la debes exponer a otros animales. “Yo siempre les recomiendo (a los amos) que no traten de mezclarlos con otros animales que no conocen porque puede haber transmisión de enfermedades porque su sistema inmunológico esté muy delicadito”, advierte.

La alimentación

La doctora sostiene que debes alimentar a tu perro o gato con comida seca, pues éstos, a las cuatro semanas de nacidos, ya tienen dientes para masticar y triturar sus alimentos.

Puedes comprar este tipo de alimento en supermercados, clínicas veterinarias y en tiendas para mascotas. “La comida seca se moja con agua, no con leche, de manera que la comida se humedezca y pueda formar como una harinita o una pastita, que es mucho más fácil para que el bebé pueda comerla”, recomienda la profesional. “Mucha gente lo hace (ablanda la comida seca) con leche de vaca,  y les puede provocar trastornos en el sistema intestinal (diarrea)”, añade.

“Ellos toman la leche de la mamá por cuatro semanas y ya es suficiente”, advierte la veterinaria. “Cuando uno tiene un cachorrito huérfano, que no tiene acceso a la leche de la mamá, entonces hay que comprar fórmula; viene una fórmula de kittens y una de carrochitos. Hay disponible fórmula de leche especialmente para animales; ésa es la recomendada, no otra”, añade.

Paseos para el perro; casita para el gato

Al perrito no se le debe sacar a pasear a espacios públicos hasta que esté vacunado, pues, como se reseñó antes en este artículo, puede contagiarse con las enfermedades de otros animales. Mientras no tenga sus vacunas, puedes pasearlo por espacios de tu casa, como la marquesina o la terraza.

Mientras esté en la casa, colócale un collar con agarre para que se vaya acostumbrando a llevarlo puesto. Una vez esté acostumbrado al collar y al agarre (y esté vacunado), empieza a sacarlo a “viajecitos cortos”. Evita darle paseos al perro en horarios de alta temperatura, pues, sufrirá de calor.

La duración del paseo dependerá de la resistencia del perro. Tienes que estar atento a su respuesta  durante la caminata. Si notas que está empezando a cansarse, y ya no quiere caminar, es buen momento para regresar a casa. Debes pasear a tu perro por lo menos, una vez al día. De hecho, muchos perros adultos bien entrenados esperan a  hacer sus necesidades durante dicho paseo. La veterinaria recomienda que alternes la ruta de las vueltas para que tu perrito no se aburra.

A los gatitos no hay que sacarlos a pasear. Sin embargo, existen otras preocupaciones con respecto a ellos. “Yo recomiendo que el gato se trate de mantener dentro de la casa. Los gatos que entran y salen de la casa van a estar expuestos a accidentes con carros, a peleas con otros gatos y a enfermedades. Usualmente, el que entra y sale de la casa vive menos que uno que se mantiene dentro de la casa”, asegura la veterinaria.

El factor disciplina

Paciencia y consistencia son las claves para entrenar a tus pequeñas mascotas. Recuerda: ellos no nacen sabiendo cómo tienen que comportarse. Eres tú el encargado de entrenarlos con recompensas positivas. 

“Por ejemplo, que el perrito se acostumbre a que cuando haga las cosas bien, se le dé un premio. Ese premio debe ser agradable”, sugiere la veterinaria. Puedes obsequiarle una merienda, un juguete o un paseo.

Si tu perrito tiene la costumbre de ladrar por todo, morder a las personas u otro tipo de  conducta que quieras corregir, la forma adecuada de modificar su comportamiento es regañándolo -no golpeándolo- de forma enérgica y luego encerrarlo en el kenell (jaulita) por 15 a 20 minutos. Es importante que mientras esté encerrado, no le prestes atención.

“Usted lo va a meter en el kenell hasta que pare de ladrar. Una vez él para de ladrar, usted lo va a sacar. Si el vuelve a ladrar, usted lo vuelve a entrar. Que él vea que cada vez que ladra, lo van a meter en el kenell. Usualmente, a él lo que le gusta es estar con las demás personas, con la familia, o caminando por la casa”, sostiene Rivera, quien añade que de esta forma, el perro empieza a asociar que si ladra, le restringirán el movimiento. “La mejor recompensa para él (el perro) es que va a estar fuera mucho tiempo”, destaca. El mismo entrenamiento aplica para que no muerda los muebles o a las personas.

“Tenemos que ser constantes. El training (entrenamiento) es un poquito intenso inicialmente, si lo queremos hacer bien”, advierte Rivera.

La misma técnica de entrenamiento aplica para los gatos. Por ejemplo, si a tu gatito le gusta treparse en el chinero de tu casa, justo donde están todas tus cerámicas de porcelana, y quieres modificar dicho hábito, regáñalo y enciérralo por el tiempo que mencionamos antes.

Como a los gatos les gustan las alturas, debes comprarle muebles donde él pueda escalar, como tablilleros o condominios pequeños cubiertos de felpa. De esta forma, no se trepará en los muebles de las personas.

Sus necesidades en donde corresponde
La veterinaria y catedrática Elizabeth Rivera sostiene que un cachorrito o un gatito come alrededor de unas cuatro veces al día, razón por la cual el entrenamiento para que haga sus necesidades “debe empezar lo antes posible”.

 “Hay que enseñarles a que hagan sus necesidades en el área donde uno quiere. Hay que ser pacientes y bien observadores”, asegura Rivera. “Todos los entrenamientos se deben hacer todos los días, muchas veces al día, para que él se vaya acostumbrando. Mientras más se tarde la persona en llevar a cabo este entrenamiento, más difícil se hará”, añade.

  “Usualmente, entre 20 y 30 minutos después de comer, el puppy o el kitten van a tener el deseo de excretar. Tenemos que estar pendientes, porque usualmente, en el caso del puppy, usted lo va a ver tratando de buscar un lugar donde ubicarse, y en ese momento, es que usted debe enseñarle a que vaya a un lugar donde haya periódicos y lo pone ahí para que aprenda a hacerlo en ese lugar”, recomienda.

 Si, por la razón que sea, no puedes estar en la casa durante el día, cubre todo el piso del área designada del cachorrito con papel de periódico para que haga las necesidades en dicho lugar.

 En el caso de los gatos, la situación es diferente. En el área del gatito, coloca una caja de arena. “La cajita debe mantenerse lo más limpia posible. Mínimo, una vez al día se debe limpiar”.

 “Usualmente, con los gatos, no hay mucho problema. Una vez él localiza la cajita, él ya sabe que va a hacer. Ellos mueven la arena con sus patitas de al frente y hacen un espacio o un hoyito y allí depositan lo que van a depositar y después, lo tapan”, reseña Rivera.

 Si ves que tu gatito no tapa sus necesidades con la arena, tienes que enseñarle a hacerlo. ¿Cómo? Le sostienes las patitas delanteras y le enseñas a palear la arena, de manera que tape su excreta.

Para citas con la veterinaria y catedrática Elizabeth Rivera, llama al  Recinto de Ciencias Médicas al 787-250-0533