Este vídeo, publicado en YouTube por una usuaria identificada como “LinFiles”, muestra a un caballo que, aparentemente, tiene un ataque de flatulencias.  

El vídeo fue acompañado por un comentario que explica que “Archy” tiene un problema intestinal que le impide procesar normalmente los gases corporales como lo hacen otros equinos. 

La grabación muestra al pobre animal, que no puede contenerse la “carretilla” y hasta al suelo se tiene que lanzar para desprenderse de sus gases corporales. 

El equino se levanta del suelo como si tuviera resortes en las patas, solo para volverse a tirar y repetir la misma acción soltando otros “peítos”. 

El vídeo pudo haber hecho mucha gracia a algunos. Sin embargo, el veterinario Víctor Oppenheimer, quien fuera presidente del Colegio de Médicos Veterinarios de Puerto Rico, aclaró que, lejos de ser gracioso, podría tratarse de una condición que bien pudiera poner la vida del equino en riesgo. Acto seguido, el experto aclaró que, por lo que se ve y se escucha en el vídeo, la entrenadora es consciente de que el caballo padece de gases, por lo que ella lo adiestró para que, a su comando, el animal se echara al suelo para que, como mencionamos antes, al presionar la barriga contra la tierra los gases salieran con facilidad.

¿Estómago descompuesto?

Oppenheimer estuvo de acuerdo con una expresión del Horse Report, de la Escuela Veterinaria de la Universidad de Davis, en California, que dice que los veterinarios opinan que el sistema gastrointestinal de los caballos es tan complicado, que parecería que lo diseñó un comité donde nadie podía ponerse de acuerdo.

Al igual que los humanos, los equinos tienen una parte del tracto gastrointestinal que se llama el ciego (en latín, “cecum”). “Esa parte del intestino es superimportante en la digestión (de los caballos) porque tiene bacterias esenciales para la producción de ácidos grasos volátiles importantes y necesarios para la energía del caballo. Esta parte de la digestión en las vaca ocurre en el rumen y en el caballos en el ciego”, detalló el veterinario.

Por otro lado, el ciego es el abasto de bacterias buenas y bacterias malas imprescindibles para una buena digestión en los equinos. “El balance de bacterias buenas y malas en el ‘cecum’ es esencial para la salud del caballo porque si ocurre algún tipo de situación que cause que se desbalanceen, ocurre lo que se conoce como un cólico, que no tiene que ser obstructivo, sino que los intestinos se llenan de gas, se elevan y se rotan, como les pasa a los perros con el ‘bloating’ (torsión gástrica). Hay cólicos que se tratan con medicinas, que ayudarán al animal a botar los gases. Pero, en los casos en que los intestinos se rotan, estamos hablando de cirugía. Y hay cólicos en donde no le da tiempo ni al veterinario para llegar porque en media hora se rota el intestino, las arterias se estrangulan y el caballo muere”.

Nada fuera de lo común

Volviendo al caballo del vídeo tirándose sus “gasecitos” a pata suelta, Oppenheimer también señaló que “es común que todos los mamíferos se tiren gases. Y no estamos hablando de uno, de dos o tres o cinco, sino cientos de gases en el día. Los humanos lo hacemos, aunque mayormente de noche, cuando estamos durmiendo y no nos damos cuenta. Pero, en los animales, puede ser en cualquier momento”.

De hecho, el especialista en animales mencionó que son tantos los gases que animales grandes, como el ganado vacuno, se tiran al día, que “hubo un tiempo que se hizo un estudio en las vacas porque se creía que, como se tiran tantos gases (y lo que expelen es gas metano), estaban afectando la capa de ozono. Pero, luego de hacerse el estudio se supo que no”.

Crucial, la buena alimentación del caballo

Oppenheimer también mencionó que, como los caballos “son animales propensos a sufrir de cólicos, si su alimentación no es manejada correctamente, con una diera correcta, (esos gases pueden) convertirse en un cólico mortal”.

¿Qué pueden hacer los dueños y manejadores de caballos? “Cuidar la dieta del animal. La dieta es lo más importante”, dijo el veterinario. “Debe ser una dieta alta en fibra, con mucho heno y poco cereal, contrario a lo que se acostumbra en Puerto Rico, que se les da (a los caballos) mucho grano y poco heno”.

“Otra cosa que se debe hacer”, continuó explicando, “es que el animal debe estar siempre en algún tipo de ejercicio diario. “No es solo dejarlo libre para que paste, sino ejercitarlo porque, si se ejercita debidamente, sin excesos, el sistema gastrointestinal trabajará mejor todo el tiempo”.

Otra situación de la que Oppenheimer habló es “de una condición donde el caballo traga aire; traga aire por aburrimiento. Es una condición seria porque si estás tragando aire, obviamente va a ocurrir que el intestino va a flotar y puede haber una dilatación, y puede haber un viraje del intestino y causar cólico. Mi recomendación es que se mantenga al animal entretenido; eso es parte del proceso de evitar cólicos. Por eso, lo ideal es criar al caballo con otro animal. Que hagan un enlace, un ‘bonding’ y jueguen y se persigan. Parece algo bobo y simple, pero pudiese ser una manera de ejercitarlo. También, deben mantener a los caballos más tiempo libres y dejarlos pastorear, y no darles cereal dos veces al día todos los días porque quieren verlos gorditos”.

“Esa entrenadora sabe”

Concluyó Oppenheimer: “Lo interesante del vídeo en cuestión,  es que la entrenadora reconoce que este caballo tiene un problema intestinal, una condición que lo hace retener mucho gas, y muy probablemente lo entrenó para lograr esto. Fíjate cómo lo hace (se tira al suelo) cada vez que ella le da el comando.  Probablemente lo enseñó (a hacerlo) porque le tocaba el área cerca del ano y lograba que pasara gas y, luego, probablemente le daba un ‘treat’. Y así  le ensenaba un comando, ¡como se hace con los perros! No es difícil para quien sabe entrenar animales. Así, aunque (el caballo) pueda padecer de cólicos en un futuro, ella supo manejarlo, a mi parecer, para que él mismo sacara los gases”. 

Adela Dávila Estelritz colaboró con esta historia.