Es amorosa, consentida y bien protectora de su mamá humana, Lydia Vélez. De tamaño mediano, color crema y sin rabito, Canela, de cinco años, llegó a la vida de Vélez como una cachorrita y se robó su corazón y el de su mamá, que tiene 93 años de edad.

Pero ahora, la residente de la barriada Venezuela, en Río Piedras, está que no pega un ojo desde que “la bebé de la casa” se salió por la marquesina, en un descuido que no le da un segundo de respiro.

“Se perdió el 13 de octubre; un señor estaba haciendo un trabajo y se quedó abierto el portón de la marquesina  y ella se salió… Nos dimos cuenta par de horas después y al final de la calle una señora dijo que la vio, pero que no sabía que era la mía…”, lamentó la mujer, que mueve cielo y tierra para dar con su nena.

“Salimos a buscarla por toda el área y nada… estamos tirando flyers, los pusimos en todos los postes, hicimos llamados en internet… qué no hemos hecho”, rememoró Vélez.

La perrita, una mezcla de raza schnauzer, está vacunada y esterilizada por lo que su dueña entiende que el escape no se debió a otro perro, sino simplemente a que Canela, probablemente, quiso dar una vuelta y terminó perdida. 

“He ido a todos los albergues; al de Guaynabo, San Juan, Carolina… Yo te digo”, confiesa compungida, “estoy cogiendo terapia de grupo porque esto me ha afectado de masiado. Mi mamá también está bien mal”.

Canela responde por su nombre y es bien dulce y dada con todos. Está peludita y no tiene collar, por lo que tal vez esa sea la razón por la que no han llamado a su dueña, pero Vélez no pierde las esperanzas, por lo que ofrece una recompensa a quien le entregue a su hijita de cuatro patas.

Para comunicarse con la familia, llame al 787-579-0784 o al 787-764-7384.