Muchos podrían pensar que un romance fracasado –con o sin que mediaran los lazos legales de un matrimonio– sería la única razón para que dos personas se disputaran la tenencia de una mascota. Sin embargo, de acuerdo con la licenciada Cindy Badano Rosado, presidenta de  Animal Law Center of Puerto Rico, las circunstancias para un litigio de esta índole trascienden las barreras de un rompimiento de pareja. En otras palabras, los casos de custodia de mascotas pueden darse, también, entre hermanos, padres e hijos, amigos, y hasta compañeros de trabajo.

“Típicamente  –menciona la experta– vemos estos conflictos en parejas que adquieren una mascota y, posteriormente, se separan. También, lo hemos visto en casos donde varias personas intervienen en un rescate y, por ejemplo, alguien rescata al animal de la calle, otra persona lo cuida mientras se recupera, y otra se encarga de los gastos” médicos, de alimentación, esterilización, etc. “Al final –nos recuerda Badano sobre  todas las personas involucradas en el rescate– se encariñan con la mascota y quieren quedarse con ella”. Entonces, si no hubo un acuerdo inicial que hubiera contemplado cómo manejar la situación, los sentimientos encontrados podrían suscitar una seria desavenencia en este sentido. 

¿De qué se trata, exactamente?

Badano detalla los componentes de un litigio por la custodia de un animal de compañía. “Esencialmente, se trata de casos en que una mascota tiene dos o mas guardianes, y surge un conflicto porque una de las personas quiere mantener la mascota, excluyendo a la(s) otra(s) persona(s) interesada(s)”.

Por otro lado, cuando dos o más personas se disputan la custodia de una mascota, “lo peor que puede pasar –advierte la licenciada– es que alguna de las partes tenga mala voluntad. Mi recomendación es que, antes de pensar en entablar un litigio, se trate de llegar sosegadamente a un acuerdo, considerando, como factor principal, cuál es la persona con quien la mascota estará mejor. O sea, mantener su bienestar (de la mascota) como prioridad”.

Serias complicaciones

En estos casos, continúa explicando Badano, algo que puede complicar la situación más todavía es “cuando una persona termina la relación y, simplemente, desaparece. Si luego quiere recuperar la mascota, puede tener problemas, ya que si pasan 20 días sin que medie previo acuerdo, según nuestro Código Civil, la persona que mantuvo el animal (cuidó sus necesidades) puede quedarse con él”.

Para que la balanza se incline a tu favor, antes de que tengas que enfrentar un caso de custodia por tu animalito, conviene que tomes en cuenta las siguientes advertencias de Badano. “En nuestro ordenamiento jurídico, una mascota es considerada propiedad. Sin embargo, se trata de una clase de propiedad que tiene protecciones especificas bajo la Ley 154 y otros reglamentos. Así que, al tomarse una determinación, se tomará en consideración a quién puede adjudicarse la propiedad, pero también se examinará si la persona (que quiere retener la custodia) reúne las condiciones para proveer a la mascota los cuidados que necesita”.

Más aún, es preciso recordar que un pleito de esta índole conllevará un desembolso económico. Y al preguntar cuán costoso podría volverse un caso de custodia de una mascota o si en la Isla existe algún precedente, Badano responde: “Todo depende de cuán contencioso se torne el pleito. No tenemos precedentes a nivel del Tribunal Supremo, pero tengo conocimiento de que, en el divorcio de una pareja de San Juan, la custodia de la mascota fue muy discutida, aunque no llegó al Supremo”.

 Badano también menciona otros casos en los que sí se llegó a buenos acuerdos de custodia compartida con derechos de visita que, a todas luces, resultaron satisfactorios para las tres partes.

Sin malicia y sin desquites

Por último, la experta en todo tipo de asuntos legales relacionados con el bienestar de los animales –desde casos de maltrato animal hasta casos de custodia legal de mascotas– señala: “Las mascotas son miembros de la familia y, lamentablemente, al igual que con los hijos, en las separaciones, a veces se entra en dinámicas que solo buscan herir a la ex pareja. En esos casos, tratamos de lograr que las personas que están en este proceso giren su atención a pensar en el bienestar de los que no tienen voz en el divorcio o separación. Por eso, mi recomendación es siempre comenzar por la mediación”. 

En cualquier caso, acota Badano, “sigan su conciencia. Cada persona conoce lo que es importante para sí mismo y la importancia que tiene velar por el bienestar futuro de su mascota, que también es un miembro de la familia”.

Consejos de la experta

A continuación, Cindy Badano, abogada especializada en asuntos legales relacionados con el bienestar animal, comparte importantes consejos:

ANTES

A la hora de adoptar a un animalito consideren lo siguiente:

Determinen, de antemano, quién va a ser el responsable primario de atenderlo. 

Establezcan una rutina y conozcan bien las particularidades de su mascota para poder continuar con las mismas rutinas, en caso de una separación.

Periódicamente,     reevalúen cómo se está dando la dinámica con la mascota y si ha cambiado la forma en que cada uno interactúa con ella.

DURANTE

Si deciden separarse, tengan en cuenta lo siguiente mientras se está dilucidando el litigio.

Recuerden que la finalidad del proceso debe ser buscar el bienestar de la mascota. Nunca se desquiten con la mascota por problemas con la pareja u otras personas.

Consideren la custodia compartida, pero solo si es realmente factible, si la comunicación entre ambas partes es buena  y si la rutina de la mascota no se trastocará  significativamente por las exigencias o las determinaciones.

DESPUÉS

Una vez lleguen a un acuerdo, esto es lo que no deben hacer:

Nunca vigilen, persigan u hostiguen, de ninguna manera, a su ex pareja o a antiguos amigos o asociados.

Excluyendo la posibilidad de que la mascota esté siendo maltratada, deben dar punto final al asunto.

  No busquen sustituir a la mascota perdida de forma inmediata. Dénse espacio para procesar la pérdida de la relación y de su animal de compañía.

NUNCA...

se lleven un animal del que ha sido su hogar sin el consentimiento de la otra parte. Aunque en el caso de los animales no podemos hablar de secuestro, sí se considera robo y puede complicarse la situación legal si la persona ya no tiene autorización para entrar en el hogar o en la propiedad.

SIEMPRE...

mantengan una buena comunicación con la(s) otra(s) persona(s). Esto es clave para determinar si hay cambios en el comportamiento o en los hábitos de alimentación de la mascota, o si existe cualquier indicio de que esta tiene problemas de salud o que su estado de ánimo no es el mejor. Recuerden que las mascotas también se deprimen y les cuesta acostumbrarse a los cambios.

Más información

La licenciada Cindy Badano es presidenta de Animal Law Center   of Puerto Rico. Para comunicarte,  llama al 939-266-7620 o escribe a cbadano@animallawcenterpr.com. Para más información, visita  www.animallawcenterpr.com.