La diabetes mellitus  es una enfermedad sumamente común en humanos, así como en perros y en gatos. Tristemente, cientos de mascotas mueren anualmente porque sus amos desconocen que sus animales sufren de dicha condición. Otras veces es porque, para algunos, las mascotas son, simplemente, “algo” que se tiene en el patio para que ladren si llega un intruso o los nenes se entretengan de vez en cuando. En esos casos, cuando por fin las llevan al veterinario y escuchan el diagnóstico del especialista, muchos –más de los que uno pudiera imaginar–   optan por sacrificarlas para no enfrentar la responsabilidad de sus tratamientos.

No obstante, aunque la enfermedad no tiene cura –ni en humanos ni en animales–, una diagnosis de diabetes no tiene por qué ser una “sentencia de muerte” para una mascota. Bastará con que sus guardianes  hagan del tratamiento médico una prioridad y se comprometan a  administrarles sus medicamentos en las dosis requeridas y a las horas especificadas para que, dentro de todo,  lleven vidas normales.

La diabetes es el resultado de la producción inadecuada de insulina en el páncreas. La insulina es lo que permite que la glucosa que se deriva de los alimentos se metabolice en dicho órgano para producir la energía que el metabolismo necesita para funcionar. La deficiencia de insulina, por su parte, redunda en hiperglucemia –niveles elevados de azúcar en la sangre– y glucosuria –niveles elevados de azúcar en la orina–. La glucosa en la orina, a su vez, provoca que el animal excrete cantidades de orina mayores de lo normal, lo que puede resultar en deshidratación y en la imperiosa necesidad  de ingerir mucho más agua de la acostumbrada.

Nuevamente, al igual que ocurre con los humanos, la obesidad en perros y gatos hace que los  tejidos del cuerpo sean más lentos en responder a la insulina y, por ende, provoca que la diabetes sea más difícil de manejar. Por regla general, se recomienda que las mascotas se alimenten con una dieta más alta en fibra y baja en calorías hasta que alcancen un peso normal. Por supuesto, será de vital importancia evitar todos los alimentos y bocaditos que tengan un alto contenido de azúcar.

La hipoglucemia se caracteriza por niveles bajos de azúcar en la sangre y es una seria complicación de la diabetes  y suele ser el resultado de una sobredosis de insulina. Si no se trata correctamente, puede ser fatal, sobre todo en los gatos debido a su bajo peso corporal. 

Algunos síntomas de hipoglucemia son: debilidad, intranquilidad, torpeza, convulsiones y coma.

En caso de emergencia

Si una mascota entra en shock hipoglucémico o si está convulsando o comatosa, no la obligues a tragar. En lo que la llevas al veterinario, úntale un poco de syrup de pancakes en las encías para contrarrestar el bajón de azúcar.

Además de las pruebas de laboratorio de rigor –las cuales demostrarán si, en efecto, la mascota presenta altos niveles de azúcar en la sangre y en la orina–, los guardianes de los animales deben estar pendientes de los siguientes síntomas de diabetes que, dicho sea de paso, son iguales a los de los humanos:

·         Parecen tener una sed insaciable y/o un apetito voraz.

·         Orinan con mayor frecuencia de lo normal.

·         Pierden peso o aumentan de peso, aunque están comiendo lo mismo y ejercitándose de la misma manera.  

·         Los casos más avanzados podrían presentar   letargo, pérdida de apetito, vómitos, deshidratación, debilidad y coma.

·         En los perros, es común que las cataratas sean un indicio de diabetes.

Tratamientos

Para el manejo adecuado de la diabetes en gatos y perros, el veterinario podría recomendar:

·         Dieta restringida, posiblemente alta en fibra y carbohidratos complejos para minimizar las fluctuaciones del azúcar en la sangre, luego de las comidas

·         Antibióticos

·         Insulina inyectada (la misma que usan los humanos), entre otros medicamentos  para proteger el hígado, por ejemplo

Recomendaciones

Para mantener la diabetes de tu mascota bajo control, se aconseja que:

·         Veles su dieta y te asegures de que todos en la casa cumplan con la misma. 

·         Le hagas los chequeos periódicos de rigor.

·         Le pongas una chapita en su collar que especifique que se trata de una mascota diabética, qué medicinas usa y adónde se le debe llevar en caso de emergencia.

¿Cuáles mascotas están más predispuestas?

En perros y gatos,  todas las razas y mezclas de razas pueden verse afectadas. No obstante,  en los perros, las razas con la  mayor incidencia de diabetes son:

·         Schnauzer y Schnauzer miniature

·         Dachshund (Salchicha)

·         Beagle

·         Poodle y Poodle miniature

·         Golden Retriever

·         Pastor Alemán

·         Keeshond

·         Aunque todos los gatos están en riesgo de padecer de diabetes, la enfermedad se presenta con mayor frecuencia en:

·         Los de edad más avanzada

·         Los obesos

·         Las hembras

Las consecuencias

Lo peligroso de la diabetes es que es una enfermedad que afecta todos los órganos del cuerpo. Si no se atiende a tiempo y debidamente, la mascota podría terminar padeciendo de pancreatitis, cataratas, prostatitis, cystitis, dermatitis, broncopulmonía, hígado agrandado, trastornos neurológicos, susceptibilidad a las infecciones o cetoacidosis diabética (acumulación de cetoácidos en la sangre).

Esta condición constituye una emergencia de vida o muerte y requiere intervención veterinaria cuanto antes.