Me llamo Zoltan y soy un perrito superagradecío. Fui rescatado lleno de nudos y fango, con mi quijada desprendida por una patada cruel que me propinó un ser malvado. Quiero agradecer con toda mi alma a Nélida González y Antonio Ramírez Córdova por prodigarme los cuidados para  ayudarme a vivir la vida que siempre merecí.