Me llamo Algodón de Azúcar y estoy aquí para dar fe de que mami Rosa es un ángel. Ella me encontró maltratado y escondido detrás de un carro y, sin pensarlo dos veces, me adoptó y curó las heridas de mi cuerpo y de mi alma. Ella es mi felicidad y yo la adoro. ¡Gracias, mamita linda!