Servicios combinados — Columnas de humo parecen surgir desde las entrañas de la tierra en el cerro Ramaditas, en Valparaíso, Chile, donde gigantescas lenguas de fuego arrasaron la madrugada del lunes más de un centenar de viviendas, lo que eleva a más de 2,500 las casas destruidas y a 11,000 las personas afectadas. 

Tristemente, la pérdida de vidas humanas asciente a 15, según informes oficiales. Las autoridades temen encontrar más víctimas a medida que vayan hurgando en los escombros.

Más de 10 helicópteros trabajan casi sin cesar, virtiendo miles de litros de agua en las quebradas del cerro Ramaditas. Numerosas personas se afanan, limpiando la zona donde hasta el domingo se levantaban sus humildes casas y agradecen una fina lluvia caída en sobre esta ciudad portuaria ubicada 140 kilómetros al noroeste de Santiago, la capital. 

Entre los gravemente damnificados por el siniestro, se encuentran también numerosas mascotas con graves lesiones y quemaduras. Para socorrerlas, veterinarios y estudiantes atienden un puesto fijo y tres unidades móviles en su esfuerzo por salvar a los perros y gatos afectados por el incendio.

Las imágenes de los hogares incendiados, los humanos perjudicados y los animalitos malheridos, muchos de ellos casi asfixiados, son desgarradoras. 

Algunos de los animalitos eran realengos, pero muchos de ellos son mascotas queridas, cuyos guardianes esperan desesperados a su lado, con la esperanza de que sobrevivan y mejoren. 

Valparaíso es una ciudad portuaria habitada por sobre 250,000 personas. El lugar mereció el reconocimiento de la UNESCO como Patrimonio Universar por las coloridas casas construidas en las empinadas colinas que lo rodean.