Todas las mascotas son importantes. perros y gatos, conejos y güimos, lagartos y peces... y, por supuesto, ¡gallos!

Este guapo gallito -llamado Rusty- una vez tuvo un hogar y una familia... hasta el día en que sus guardianes se mudaron y, sin más ni más, lo abandonaron a su suerte. Se fueron y lo dejaron en el patio de la propiedad, sin agua y sin comida, justo en pleno verano con las temperaturas a todo dar y nada menos que en el suroeste de Estados Unidos.

Por fortuna, un vecino piadoso se dio cuenta cuando vio al gallito solito a través de una verja y de inmediato se comunico con PETA (People for the Ethical Treatment of Animals). A su vez, PETA alertó a las autoridaes para iniciar el rescate de Rusty. Tristemente, la burocracia intervino y lo primero que los oficiales de control de animales dijeron fue que "tenían que conseguir a los dueños Rusty para llamarlos y darles una oportunidad de venir a reclamarlo".

Así lo hicieron y los dueños del animal prometieron venir a recogerlo. Pero, pasaron los días y Rusty seguía solito y triste, dependiendo del vecino caritativo que lo alimentaba y lo cuidaba.

Finalmente, cuando se hizo más que evidente que los dueños del gallo no vendrían a buscarlo, control de animales lo confiscó y lo ubicó en un albergue donde ahora el animal aguarda mejor fortuna y una nueva familia que no lo trate como una bicicleta vieja e inservible... ¡ni se lo coma!

Mientras tanto, Rusty está a salvo y los otros animales del santuario tienen un simpático reloj despertador que les alegra el día con sus sonoros cánticos.

 

Fuente: PETA