Algunos los miran como mercenarios, como enemigos públicos número uno a quienes les da lo mismo recoger un perro realengo vivo que muerto. Pero, si supieran la verdad, si tan solo hablaran unos minutos con alguno de ellos, se darían cuenta del profundo pesar que les provoca el desempeño de sus labores. Y es que los “ellos” a quienes nos referimos son los que hacen lo que nadie quiere hacer: recoger los animales malheridos y muertos en las calles de nuestro país.

Sobre esto hablamos con  María Vázquez y William Quiñones, coordinadora y encargada de adopciones y actividades, y director, respectivamente,  de Animal Rescue and Protection Services y Animal Rescue Center (ARC), en Ponce, un albergue de animales privado. 

María describió en detalle  la triste tarea que tienen los que responden a las llamadas del público para ir a recoger los perros y gatos realengos –vivos o muertos– en el área de Ponce y el sur de la Isla. “Son seis empleados  –relató María–, pero entre todos no dan abasto. No tenemos presupuesto para contratar más gente y entre ellos se tienen que dividir todos los casos de recogido de animales en las áreas que cubrimos”.

Según explicó María, diariamente,  cuatro de los empleados salen a la calle, mientras otros dos se quedan en las instalaciones de ARC, “limpiando galeras (las jaulas donde se alberga a las mascotas) y dándoles de comer a los animales”. Invariablemente, añadió, “aunque su horario de trabajo es de 8:00 a.m. a 4:00 p.m., de lunes a viernes, casi siempre hacen horas extras sin paga. A cada rato les da la medianoche en la calle. Son demasiadas las llamadas que recibimos diariamente, son demasiados los animales realengos”.

Insultos y amenazas

Aun cuando alguien no creyera que los empleados de este y otros albergues genuinamente se sienten afectados por las atrocidades que ven a diario, para completar, casi todos en ARC han sido víctimas de insultos y amenazas –“hasta intentos de agresión”, apuntó William– mientras realizan sus labores. “Abusadores, asesinos, mataperros”, son algunos de los insultos que les profieren, mencionó María. “Hasta les preguntan que para qué se los van a llevar (a los perros) si lo que van a hacer es matarlos”. 

William Quiñones le achaca esto a la ignorancia, “al poco conocimiento sobre los albergues y las personas que se dedican a rescatar animalitos en las calles. Para nosotros, los puertorriqueños, es algo normal y cotidiano ver animalitos abandonados, malheridos, enfermos y también muertos en las calles. Es más fácil voltear la cara”, se lamentó. “Si supieran que aquí tenemos animales por meses y hasta hay algunos que van a cumplir un año aquí, no amenazarían a los muchachos con tirarles piedras y hasta con dispararles”, añadió María.

La raíz del problema

“La gente no quiere esterilizar a sus mascotas. A veces, cuando lo he sugerido, algunos se han negado rotundamente”, puntualizó María. Y, encima de que no quieren esterilizar, cuando sus perras o gatas paren, “traen los animales al albergue y no quieren hacer ni el más mínimo donativo”, denunció, destacando que ARC es un albergue privado que necesita el apoyo de la ciudadanía. “Resulta que las mascotas nunca son de nadie. Casi siempre alegan que les tiraron los perros delante de sus casas, que los encontraron a orillas de una carretera, que se los dejaron amarrados de una verja... Siempre que haya cabida en el albergue, nosotros no rechazamos ningún animal por falta de donativo, pero, óyeme, ¿tú sabes lo que es alimentar, vacunar, desparasitar y esterilizar a sobre 300 animales? Y si les decimos que no hay espacio, ¿tú sabes lo que hacen? Los tiran más adelante, los sueltan dondequiera, ¡hasta en zafacones!, porque así el problema ya no es de ellos”, acotó consternada.

25 a 30 Promedio de animales muertos  –o restos de animales– que Animal Rescue Center recoge mensualmente

500  Promedio de animales entregados mensualmente en Animal Rescue Center

300  Promedio de animales rescatados mensualmente de las calles de Ponce y el sur de la Isla

15 a 20 Promedio de animales heridos, muchas veces, sin posibilidad de salvación, que recogen mensualmente

50 Promedio de querellas que el albergue recibe diariamente. Se les da prioridad a las que son de lugares públicos, como escuelas, y a las emergencias con animales heridos.

35% Porcentaje de personas que, en promedio, se rehúsa a hacer una aportación al entregar a sus animales. Cabe señalar que este albergue es privado y que las aportaciones pueden ser en dinero, en medicinas, en comida o en productos de limpieza.

Testimonios

“Da coraje encontrar esos pobres animalitos abandonados a su suerte. No saben que sus mismos dueños los botaron y esperan días y días, tratando de encontrar alguna persona o rastro que los guíe a sus hogares”.  William Quiñones, director de Animal Rescue and Protection Services y Animal Rescue Center, en Ponce

“La gente no tiene sentimientos. ¿Cómo dejan tirados a animalitos como si fueran basura?”.  Luis Daniel Matías, empleado de ARC. Lleva cinco años rescatando animaless

“Al recogerlos muertos en las calles me invade un profundo dolor por todo lo que sufrieron y pienso en las personas que se creen que con solo darles comida es suficiente, que ellos se saben defender”.  Juan de Jesús, empleado de ARC. Lleva 10 años rescatando animales

“Es frustrante, es desesperante ver cómo la gente sigue vendiendo y comprando animales, y en los albergues son tantos los que entran y tan poquitos los que adoptan” .  María Vázquez, coordinadora de ARC

Muchos casos lamentables

 Entre los cientos y cientos de casos que los empleados de Animal Rescue Center  han tenido que atender, se han visto en la triste obligación de recoger:

- un gatito que murió enredado en unos alambres de púas.

- un perrito que murió pillado en la cadena de un portón eléctrico.

- una yegua preñada que murió atropellada en el expreso. Su potrito murió también en el acto.

- una perra que parió a sus cachorros en la cama de un acumulador de mascotas que tenía sobre 30 perros y vivía en la inmundicia,  entre los excrementos de los animales. Varios tuvieron que ser sacrificados por su deteriorado estado de salud.

- un Labrador atropellado por un auto, que agonizó tres días en un contenedor de basura. Cuando se le preguntó a la persona por qué no había llamado antes, respondió: “Está esperando a que se muriera y como no se moría, pues decidí llamar".

Para más información sobre Animal Rescue Center en Ponce, llama al 787-844-8100