El diccionario define compasión como un “sentimiento de conmiseración, pena o lástima hacia quienes sufren penas, calamidades o desgracias”. Pero, en la práctica, sentir pena por una desgracia ajena y no hacer nada al respecto es un ejercicio  nulo. Por algo dicen que pena es amiga de... arréglatelas como puedas.
 Por fortuna, en Puerto Rico existe un grupo para el que la compasión es más que un noble sentimiento;  es un poderoso estímulo que motiva a sus miembros a buscar soluciones eficaces para combatir el maltrato y abandono de animales en la Isla. Se trata de Creando Compasión y Madeline Ortiz, coordinadora del mismo, nos ilustró al respecto.
Nació en un santuario
“La idea y propuesta original de Creando Compasión fue una iniciativa de la Hna. Nancy Madden, fundadora del santuario de mascotas  El Faro de los Animales y miembro de la junta directiva por varios años”, según explicó.
La misión principal de El Faro es  que no haya un solo animal sin hogar. Pero, conjuntamente con esto, está el trabajar arduamente con la comunidad en pleno para evitar el maltrato de animales en nuestro país. Por ello, en el 2007, “se organizó el proyecto Creando Compasión  con el propósito de crear conciencia en los jóvenes participantes sobre el problema de la sobrepoblación de animales sin hogar  en Puerto Rico y también para promover el buen trato hacia éstos”, abundó Madeline.
 En su plataforma a largo plazo, este programa “tiene el objetivo de desarrollar  futuros líderes que logren poner en alto el nombre de nuestro país, alejándonos así de la imagen negativa que hemos tenido en los pasados años” como una sociedad con serios problemas de maltrato animal.
Todos salimos ganando
Cuando uno promueve los sentimientos de compasión y empatía (la capacidad de ponerse en el lugar del otro para considerar las circunstancias desde su perspectiva) en un menor, uno siembra la semilla para un adulto noble, respetuoso y considerado. El que se cría y se desarrolla considerando las necesidades de los demás, invariablemente crece para ser una persona generosa, cooperadora y comprensiva. De modo que, cuando apoyamos programas como el de Creando Compasión, todos en la sociedad -en la escuela y en la casa, en el barrio y en la oficina- salimos beneficiados.
 Recursos y voluntarios
Como todo lo relacionado con El Faro de los Animales, Creando Compasión existe gracias a la participación de incontables personas que aportan sus conocimientos o dan de su tiempo voluntariamente para hacer de ello una realidad. Entre éstas, cuentan con Maritza Nevárez, entrenadora y directora de terapia canina de la Federación Canófila de Puerto Rico.
Nevárez enseña a los cerca de 30 niños que componen el equipo actual a entrenar a los perros rescatados, de manera que cuando éstos sean adoptados en sus nuevos hogares ya lleguen como mascotas socializadas y bien comportadas.
Asistiendo a Nevárez, como voluntaria, está Maritza Santiago, quien se encarga de sacar a los animales y organizar los grupos de niños y mascotas  durante las actividades y talleres que  el grupo lleva a cabo. “Maritza hace de todo un poco y hasta les sirve la comida a los muchachos si es necesario”, apuntó agradecida Madeline.
Yoselyn Reyes, por su parte, funge como supervisora de Creando Compasión. Ella es la responsable de tener a los perros en óptimas condiciones para que estén limpiecitos, bien alimentados y listos para cuando los niños lleguen a las prácticas de entrenamiento. Reyes también identifica a los animalitos que necesitan ayuda adicional o que no se pueden entrenar en un momento dado, debido a sus condiciones emocionales o de salud, pues no hay que olvidar que muchos de los rescatados han sido víctimas de  indecibles abusos.
En su afán por reconocer a los principales colaboradores de Creando Compasión, Madeline añadió: “No puedo dejar de mencionar a Aida Morales y Norberto González, padres de Noraida y de Norberto González”. La pareja de voluntarios  coordina que las áreas verdes de El Faro estén en condiciones óptimas para las prácticas con los perros.
Cerrando el amplio círculo de aliados, hay numerosos profesionales. Todos ellos dan de su tiempo para brindar charlas de orientación a los menores, de modo que éstos aprendan que no importa la profesión que se escoja en la vida, desde cualquier escalafón laboral, uno puede tenderles la mano a estos animalitos que una vez fueron abandonados a su suerte y que ahora -sanos y bien entrenados- esperan encontrar sus hogares para toda la vida.

 

 

 

Requisitos para el programa Creando Compasión
Si quieres participar en esta noble iniciativa y ayudar a rehabilitar y entrenar a las mascotas albergadas en el santuario El Faro de los Animales, debes:
 -Tener entre 5 y 16 años de edad
 - Tener el permiso de tus padres
 - Estar disponible sábados alternos de 1:00 p.m. a 4:00 p.m.

Más información
 Los interesados y sus padres o encargados pueden comunicarse con el programa Creando Compasión, llamando al 787-753-5443 o al  787-307 1508. Si lo prefieren, pueden  escribir a creandocompasion@yahoo.com.