Noel lo recuerda como si fuera hoy: el primer hallazgo de Keysha lo deslumbró. 

La german shepherd estaba “nuevecita”, recién salida del periodo de entrenamiento –previo al inicio de sus funciones en la Unidad Canina de la Policía de Puerto Rico– cuando alertó al agente de la presencia de narcóticos en un vehículo. Tenía razón. ¡Era su primer hallazgo!

“Me llenó de mucha satisfacción. Yo dije: 'Esta perra sí es buena. Esta perra trabaja'”, recuerda el agente Noel Rodríguez Rivera.

Pero alrededor de un año después, Keysha comenzó a mostrarse diferente, ya no era la misma de antes. La sensibilidad a los ruidos torpedeaba sus funciones de rastreo en  la Uniformada y eso a  Noel –admite–   lo molestaba. “¿Qué te pasa? Vamos a seguir buscando...”, detalla, memorando la incertidumbre que aquella conducta le causaba.  

El oficial  estaba ajeno a que aunque Keysha lucía bien,  por dentro su cuerpo estaba combatiendo desde hace cinco o seis meses  con los síntomas del tétanos –una enfermedad causada por una bactería– que luego se complicó al desarrollar miositis, condición que causa inflamación en uno o más músculos esqueléticos.  

Keysha murió el jueves. Tenía tres años.

“Me duele, me dolió, me duele todavía, un montón, la pérdida de mi perrita”, expresó a Primera Hora.

El agente compartió la triste noticia en  Instagram sin sospechar  que el post sería compartido en la página oficial de la Uniformada en Facebook, Policía de Puerto Rico La Revista.

¿La respuesta de la ciudadanía? Noel se sorprendió: sobre 2,121 likes y 171 shares. ¿Qué dijo Noel que causó tanta aceptación?

“Compañera fiel, te fuiste de este mundo hoy, demasiado temprano, a tus tres añitos. Me tomaste por sorpresa; todavía nos quedaban muchos años juntos. Perdóname por enojarme contigo cuando no hacías las cosas bien, pero nunca me di cuenta que era un síntoma de tu enfermedad; pero así es la vida, hoy estás, mañana no; muchos momentos felices, momentos tristes que pasamos juntos. Te extrañaré mucho, querida amiga”, escribió Noel en el post.

DOS AÑOS CON KEYSHA 

Keysha llevaba un año trabajando en la unidad  –asignada al área de drogas en puertos, específicamente en el aeropuerto de Isla Grande, donde revisaba los aviones, el equipaje, los vehículos y correos privados–, pero llevaba dos años con Noel.

El can – donado a la Policía– había  pasado satisfactoriamente las pruebas que le permitirían obtener el puesto, que, básicamente, ejecuta por comandos. Una vez dentro del cuerpo de seguridad, Keysha conoció a Noel, un animal love que quería ser veterinario, pero la pelota, y luego otros trabajos, lo alejaron de ese sueño. Sin embargo, el agente estaba determinado a lograr una meta: llegar a la unidad canina. Tuvieron que pasar cuatro años y medio para llegar allí, proveniente de operaciones tácticas. “Eso fue una alegría, una  alegría inmensa, porque llegué a donde siempre quise”, destaca.

Una vez juntos, ambos cumplieron con sus responsabilidades, eso sí, hasta que terminaba el turno de trabajo, porque es entonces cuando el can se convierte en otro miembro de la familia. “Estamos con esos canes  24 horas, los siete días a la semana...  siempre estaba con nosotros en la casa, hasta en las vacaciones... La gente nos percibe como compañeros de trabajo, pero  una vez llega al hogar, eso es como un miembro más de la familia”, indica el padre de dos hijas.

¿Cómo recordarás a Keysha?

Como una perrita bien juguetona, bien cariñosa, siempre estaba encima de mí, lamiéndome, y de verdad, con mucha alegría recordaré esos dos añitos que estuvimos juntos, la pasamos bien.

Noel continuará en sus funciones, pero aún no tiene un sustituto para su querida Keysha.