“Con mi partida celebro mi vida”, así leería mi epitafio. Soy Kokokó y hace seis años llegué a manos de mami Violeta del Mar como un pollito pintado de verde. A su lado me convertí en todo un gallo y aprendí a cantar. Como a sus vecinos les molestaba mi cantío, me fui a vivir con mi bisabuela Nati al Pepino, donde hacía tremendo coro con los gallitos Félix y Yate. Con los años fui envejeciendo y regresé a Cupey, con mami y abuela Lilia, hasta que volé al cielo de las mascotas. Amé y fui amado, tuve hijos e hice felices a mis humanos. ¿Qué más se puede pedir? ¡Recuerden que siempre los quiquiriquise mucho!