Esperanza y Yankee, los dos perros Pit Bull que fueron rescatados de la calle y que se “enamoraron” en la casa de su dueña, la rescatista Rochelle Desirée Mermelstein, unieron sus vidas en “matrimonio” este sábado en una boda realizada en la Hacienda Andares, en Aguadilla.

“La Boda del Siglo”, como fue bautizado el evento, tenía como propósito crear conciencia de la importancia de la castración y de la esterilización, según explicó Mermelstein.

“Con esta boda queremos crear conciencia de la de la importancia de la castración y de la esterilización. Queremos fomentar la castración y la esterilización. Queremos que la gente tome consciencia de que la reproducción de animales nos trae problemas. También queremos evitar el maltrato de mascotas”, declaró la activista de los derechos de los animales.

La boda también sirvió para recaudar donativos para sufragar las deudas veterinarias que tiene PittBull’s Angels Rescue of Puerto Rico y para ayudar a esta organización a continuar con su trabajo de rescate. La boda fue oficiada por dos pastores de la iglesia de la pastora Iris N. Torres.

Mermelstein contó que la historia de amor entre Esperanza y Yankee comenzó en abril de este año cuando ella trajo la perrita a su casa, tras haber sido rescatada por unos jóvenes en un terreno cercano a un motel. En cuanto Esperanza llegó a su casa, se enamoró de Yankee y decidió conquistarlo.

Por su parte, Yankee, que había llegado a casa de su dueña en diciembre de 2013, decidió hacerse el difícil e ignorar a la insistente Esperanza, que cada vez que tenía una oportunidad lo visitaba a su jaula. Su terquedad rindió frutos, pues el perro terminó cayendo rendido ante la belleza canina.

“Ellos no pueden estar uno sin el otro. Si no se ven, lloran. Cuando hay mucha gente ella se asusta, pero si ve a Yankee se tranquiliza. Por eso en un momento de la boda, mientras la arreglaban el traje y ella se puso nerviosa, yo pedí que trajeran a Yankee. Ella lo ve y se siente protegida”, manifestó la también presidenta del grupo rescatista PittBull’s Angels Rescue of Puerto Rico, que se encargó de la rehabilitación de ambos canes.


Como sucede en muchas bodas, Esperanza se hizo esperar por su futuro esposo y los invitados. Sin embargo, esto no fue porque ella así lo quisiera, sino porque tuvo problemas con su ajuar de novia. “La máquina de la costurera comenzó a partir agujas y no pudo terminar el vestido. Una amiga mía, que también es rescatista, nos ayudó a terminar el traje”, contó.

¿Dónde pasará su luna de miel la pareja?, se les preguntó. “En casa de su mamá (en casa de Mermelstein). Como Yankee está castrado y Esperanza esterilizada, no se pueden reproducir”, puntualizó la mujer luego de terminado el enlace.