Llegas a tu casa y, al entrar a tu cuarto, de das cuentas que tu mascota se orinó en tu cama. Pones el grito en el cielo y te preguntas una y otra vez por qué lo hizo.

Por mucho tiempo, se pensó que orinar, particularmente la cama, era el resultado de un desquite, rechazo o celos por parte de la mascota. Hoy día sabemos y reconocemos que este comportamiento puede deberse a un problema médico o emocional.

Las infecciones urinarias o dolor en las coyunturas pudieran ser las causas para que una mascota prefiera orinar en la cama de su guardián. Por tal razón, si su mascota exhibe cambios en el comportamiento, se recomienda una evaluación general por un veterinario.

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Por otro lado, el territorialismo natural de las especies, tanto en caninos como en los felinos, puede incitar a que la mascota orine objetos, lugares o, incluso, a personas para identificarlos como suyos. 

El olor de su dueño, ciertas descargas corporales en los humanos, el pañal de un bebé o la llegada de una nueva mascota son factores a considerar como posibles razones para dicha conducta.

Su mascota podría estar tratando de comunicarse con ustedes, llamando la atención y dejándoles saber que algo anda mal.

Es imprescindible contar con un historial cronológico de eventos y síntomas para llegar al diagnóstico definitivo de estos cambios en comportamiento. Es de suma importancia conocer si, recientemente, algo ha cambiado en el entorno o en la rutina de la mascota.

Por otro lado, si su perro o gato está entrenado para realizar sus necesidades biológicas en un lugar en específico, entonces es probable que su comportamiento esté relacionado con el establecimiento de dominancia (jerarquía).

Cuando ocurre este tipo de conducta, debemos limitar el acceso al cuarto y a la cama de manera inmediata. Si la mascota es un gato, como regla general, debe haber una caja de arena adicional al número total de gatos en el hogar.

En el caso de los perros, éstos deben tener mayor acceso al lugar apropiado donde puedan realizar sus necesidades. Recomendamos, además, sacarlos a pasear con mayor frecuencia o dedicarle más tiempo de interacción o juego con dichas mascotas.

Cualquiera que sea la especie, el Colegio de Médicos Veterinarios recomienda la esterilización de perros y gatos para evitar y/o reducir la probabilidad de que éstos desarrollen este tipo de comportamiento.