Queridísima familia: Estuve con ustedes solo un mes, pero, ¡qué mes más maravilloso! No hubo ni un solo instante en que no me sintiera mimado y amado. Jugamos, reímos y paseamos tanto, que en esos días disfruté más de lo que otros experimentan en toda su existencia. Sé que hicieron lo imposible por mantenerme a su lado, pero papito Dios quiso que le hiciera compañía y lo ayudara a velar por ustedes desde el cielo. Siempre que vean un chocolatito, se acordarán de mí porque nuestro amor será eterno, ¡se los garantizo! Hasta que nos volvamos a encontrar, Hershey.