Imagina este escenario. Tu perrito, que vive dentro de tu casa y solo sale de vez en cuando, se ve amotetadito. No parece tener ganas de comer y hasta le has notado como unas secreciones en su naricita. Pensando que, a lo mejor, se trata de un catarro, lo dejas tranquilo para ver si se mejora solo, pero has decidido que, si continúa así durante tres o cuatro días más, entonces lo llevarás al veterinario. 

Sin embargo, dentro de este marco, lo primero que  debes considerar es: ¿Está mi mascota debidamente inmunizada? Si tu respuesta es negativa o si no recuerdas cuándo fue la última vez que vacunaste a tu animalito, tienes que considerar esto: podría tratarse de un caso de distemper canino, también conocido como moquillo. Esta posibilidad existe, según señala el Dr. Víctor Oppenheimer, veterinario con práctica en Ponce, “debido a la cantidad de animales realengos que hay en la Isla. Puedes haber vacunado a tu perro durante nueve años corridos y, si fallaste un solo año, se puede contagiar con distemper. Lo sé porque he tenido este tipo de caso”.

Cabe señalar que el cuadro de un paciente de distemper nunca es halagador y, a menudo, aunque el animalito haya estado saludable hasta el momento del contagio, no sobrevive los embates de la enfermedad.

Eso dicho, como bien aseguran los optimistas, lo último que se pierde es la esperanza y un guardián responsable y amoroso siempre hará todo lo posible por luchar hasta el final por su mascota.

¿Qué es?  El distemper es  una enfermedad viral sumamente contagiosa, que ataca varios sistemas del cuerpo de los perros que no han sido vacunados contra la misma y que han estado en contacto con otros canes infectados. Como ocurre con muchas enfermedades, ciertos animales están en mayor riesgo de morir a causa de esta enfermedad. “Recuerda –advierte el veterinario Dr. Víctor Oppenheimer–  que, al igual que en humanos, los  cachorros,  así como los animales geriátricos y los que padecen enfermedades crónicas, tendrán un sistema immunológico más débil y, por ende, son más susceptibles”.

Primero que nada, la prevención   Una vacuna una vez al año es todo lo que hace falta para evitar que una mascota se contagie con distemper. De preferencia, dicha vacuna debe ser administrada por un veterinario licenciado y colegiado.

 Como medida preventiva adicional, el Dr. Oppenheimer recomienda “de tres a cuatro refuerzos de la vacuna porque  así creamos la immunidad necesaria. Se comienza desde el primer mes de nacido. A pesar de lo que puedan haber leído por Internet, las vacunas recientes sobrepasan el sistema inmunológico, algo que no hacían las vacunas de antes”.

   Por supuesto, aunque tu mascota esté vacunada, siempre deberás tener la precaución de evitar que entre en contacto directo con animales que presenten los síntomas de la enfermedad.

El contagio   El distemper canino se transmite entre perros a través de casi todas las secreciones y excreciones corporales. Comúnmente, pasa a través de la inhalación de las partículas del virus en el aire y del contacto directo entre animales. En otras palabras, esta  enfermedad se contrae de manera sorprendentemente fácil y con solo estar en compañía de un animalito infectado, tu mascota se puede contagiar.

El diagnóstico   Los síntomas principales del distemper incluyen:  pérdida de apetito, descargas mucopurulentas por ojos y nariz, conjuntivitis, dificultad respiratoria, fiebre y contracciones musculares involuntarias.  La mascota también podría presentar vómitos y diarreas.

 Cabe señalar que la fiebre alta y la consiguiente  inflamación cerebral  suelen ser mortales.  Pero, las mascotas que la sobreviven casi siempre se quedan padeciendo de los espasmos que, en ocasiones, pueden ser severos. El Dr. Oppenheimer aconseja “comenzar el tratamiento lo antes posible, ya que la prueba de sangre se envía a Estados Unidos y los resultados tardan  de 10 a 14 días en llegar. Durante ese tiempo, la mascota, normalmente, está paralizada”.

Cómo se trata  Como primera línea de tratamiento, está la adminstración de nutrientes, abundante líquido y antibióticos. Pero, la realidad es que “ la medicina convencional (sueros, etc.) no tiene buena prognosis –advierte Oppenheimer al tiempo que añade que– menos del 10% de los pacientes sobrevive y los que lo logran  terminan con déficits neurológicos que puede que no le permitan una buena calidad de vida.

Una alternativa diferente Para las mascotas contagiadas con distemper, el Dr. Víctor  Oppenheimer ofrece una opción revolucionaria y comprobadaente eficaz: las terapias de láser frío.

    “La medicina veterinaria ha trascendido las limitaciones de los medicamentos convencionales y sus consecuencias. Muchas enfermedades que no tenían oportunidad ahora son curables o bien manejables con la tecnología de láser frío de bien baja frecuencia. Con más de un año de experiencia con esta tecnología, hemos comprobado que, si el animal llega desbalanceado, pero caminando, podemos ofrecerle de un 80% a un 85% de oportunidad de recuperarse totalmente”.

  De hecho, según señala, aun cuando la mascota llegue a su consulta sin poder siquiera levantarse,  “las probabilidades de que se recupere siguen siendo de un 40% a un 50%, que sigue siendo mejor que el 10% que se espera con  el protocolo de tratamientos estándar”.

Por si fuera poco, el láser frío también se utiliza en el tratamiento de una gran variedad de enfermedades como fallos renales y hepáticos, distintos tipos de cáncer y hasta epilepsia y fracturas, entre otras condiciones médicas para todo tipo de mascotas.

  Para la tranquilidad de los guardianes de mascotas,  el especialista aclara que, contrario al láser caliente –que genera calor–, el láser frío no se siente, no molesta,  no duele y no requiere de ningún tipo de anestesia o analgésico ni antes ni durante ni después de su utilización.

25% a 75%  Porcentaje de animales infectados con distemper que nunca presentan síntomas

30% Porcentaje de animales que, en promedio, se recuperan del distemper, pero meses después desarrollan  problemas con su sistema nervioso (convulsiones o movimientos involuntarios)

Más información   El Dr. Víctor Oppenheimer tiene su práctica en el Hospital de Animales Perla del Sur, calle Carlos Cartagena #4003, Urb. Perla del Sur, Ponce. Para más información o para citas, puedes llamar al 787-842-7974 o escribir al email: doctordoggie@gmail.com.