Sigo siendo tu  Sugar Cookie, tu Solecito, el  que dejó una huella imborrable en tu corazón. Mami Jessi, qué mucho disfruté esos ocho años que pasamos juntos.  Entre lengüetazos, travesuras y coletazos, ¡fui el Golden Retriever más feliz del mundo!  Tal día como hoy, 27 de abril, habría podido celebrar mi noveno cumpleaños junto a ti... pero no pudo ser. No obstante, agradezco a Papá Dios y a Jesús por mi maravillosa familia y por el privilegio de haberte tenido como mi mamita. Desde el cielo de los perritos, yo, Harry Carrillo Almodóvar, los querré siempre. ¡Dios me los bendiga!