Je, je, lo que apagaba la vela no era la brisa, sino yo mismo, Teddy. Es que el pasado mes de noviembre papi Ángel me celebró mi primer añito de vida y desde entonces, no he para’o de festejar. Como soy muy juguetón y comelón, no sobraron cupcakes para todos. Pero, no le hace; yo les aseguro que estaban sabrosos. También soy muy cariño y constantemente se lo demuestro a mi adorada mami Keth.