Llegó el 2017 y con el quedó atrás un agridulce 2016 lleno de momentos intensos que marcaron la historia de nuestro país.

Para muchos boricuas, el pasado año fue uno de los peores en décadas, y no es para menos, el gobierno federal nos impuso una Junta de Supervisión Fiscal, alrededor de 30 puertorriqueños fueron asesinados en un club gay en Orlando, tuvimos un vergonzoso caso  federal contra varias personas ligadas con el gobierno de turno y que salpicó a varios políticos populares, también quedó al descubierto la fragilidad de la Autoridad de Energía Eléctrica cuando su sistema colapsó y mantuvo la Isla a oscuras por varios días.

Como si fuera poco, el temible zika llegó a Puerto Rico y provoco que algunas embarazadas que se contagiaron con el virus, dieran a luz a bebés con microcefalia. Tampoco podemos olvidar el caso de Lorenzo, que después de seis años del crimen, el Departamento de Justicia decidió acusar a un hombre conocido como “El Manco” que al fin y al cabo salió no culpable y el crimen quedó sin esclarecerse.  También Puerto Rico estuvo de luto cuando tres niños fueron asesinados por su padre quien también se suicidó en Ponce.

No es para menos, tuvimos un año difícil, muy difícil, sin embargo, dentro de todas esas tristezas también tuvimos momentos en los que lloramos de felicidad. En agosto de 2016, la tenista boricua Mónica Puig nos trajo la primera medalla de oro en unas Olimpiadas. El pasado diciembre la puertorriqueña Stephanie del Valle nos llenó de orgullo al ganar la segunda corona de Miss Mundo. La primera la ganó Wilnelia Merced en 1975. Asimismo Lin Manuel puso el nombre de Puerto Rico en alto cuando ganó un Grammy y un Pulitzer por su obra Hamilton.

Son esos momentos los que nos hacen olvidar los no tan buenos y seguir hacia adelante.  Pero lo hecho, hecho está y como diría “El Príncipe de la canción”, José José, ya lo pasado, pasado y así mismo nos tenemos que sacudir y enfrentar un nuevo año con positivismo. Son muchos los retos a los que nos tenemos que enfrentar en este 2017, pero somos cada uno de nosotros los que vamos construyendo nuestro futuro. Aquí no es la Junta, García Padilla, ni Ricky Rosselló los que van a decidir nuestro futuro, lo tenemos que hacer nosotros mismos madrugando todos los días y apostando a que cada uno de nosotros puede elaborar el país de ensueño que queremos.

¿Acaso se nos olvida que en Puerto Rico se celebran las Navidades más largas del mundo?  ¿Olvidamos que hemos sido el país más feliz del mundo? ¿No recordamos que cuando nos hace falta un pedazo de pan el vecino nos lo provee sin pensarlo dos veces? ¿Se nos olvida que ayudamos al necesitado al deamabulante que está tirado en la esquina?

Ese es el Puerto Rico que yo conozco, el que a pesar de todos los pronósticos se levanta aunque tenga un gigante contra él. Así que no importa lo difícil que fue el 2016 o lo que nos han vendido del 2017, levántate, esfuérzate y lucha que somos nosotros los que tenemos que echar este bendito país hacia adelante porque si nosotros no lo hacemos, ¿Quién lo hará?

¡Feliz Año Nuevo 2017!