Por: Julia Nazario Fuentes, alcaldesa de Loíza.

Será en mayo cuando Oscar López Rivera llegue a la Isla luego de 35 años de prisión en Estados Unidos. Cuando llegue, se encontrará un País totalmente cambiado. Su pueblo de San Sebastián, de donde salió cuando tenía 14 años para ir a vivir a Chicago, está cambiado y su gente también. Pero antes de llegar al Pepino, sueño con que Oscar venga a Loíza, que sienta nuestra brisa en su cara, que el sol caliente sus manos, que escuche el repique de la bomba, que pruebe todos los manjares que hace décadas sus labios no han tocado y que reciba el abrazo de todos.

Como maestra que soy, pienso que aún tenemos que seguir educando sobre este caso de Oscar López Rivera, porque aún hay hermanos puertorriqueños que no conocen los detalles y que han sido víctimas de la desinformación y del prejuicio. Es importante que todos sepan los detalles y abran sus corazones. Tengo que felicitar además a las personalidades que desde el inicio de esta lucha prestaron sus palabras, su fuerza y su energía para educar a otros. Personas como el gobernador Ricardo Rosselló, la comisionada residente Jenniffer González y decenas de otros políticos y líderes. Desde independentistas a estadistas, hasta cristianos de todas las denominaciones, esta causa es realmente de todo nuestro pueblo.

Pienso además en el Puerto Rico que le damos a Oscar. Quiero que cuando llegue Oscar encuentre un Puerto Rico más más tolerante, más justo, más cuidadoso con sus niños, más amable con el prójimo, más amoroso con la protección a su ambiente y su tierra. Quisiera que cuando Oscar llegue a la Isla entendamos de una vez y por todas que el futuro de nuestros hijos y nietos está en nuestras manos y de nadie más. Que cuando nos ponemos de acuerdo en grandes proyectos, los podemos llevar a cabo. Que no tenemos que estar de acuerdo en todos los detalles para llevar ideas a la mesa. Que no perdamos el valioso tiempo que tenemos en acciones que no producen soluciones. Quiero que cuando Oscar llegue a la Isla, hayamos entendido que levantar a Puerto Rico no será fácil, pero es posible. Lo logramos cuando clamamos Paz para Vieques. Aquí en Loíza lo estamos haciendo dejando atrás lo que nos separaba. No perdamos tiempo, ese Puerto Rico que soñamos, tenemos que hacerlo.