Por Marisa Vega, relacionista profesional, experta en protocolo y profesora de la Escuela de Comunicación de la Universidad del Sagrado Corazón 

Todas las semanas doy una prueba corta sobre lo que acontece en nuestro país y en el mundo. Esta semana los estudiantes me pidieron que les diera una pregunta de bono y que fuera sobre la ‘nueva pareja’.

Confieso que en un principio no tenía idea de quienes hablaban. Entonces mencionaron a Alexandra Lúgaro y a Manuel Natal y las fotos que estaban circulando en las redes sociales. Ahí caí en tiempo y discutimos su posible impacto en la opinión pública.

Mucho se ha dicho en las redes sociales. Algunos se manifiestan a favor y otros en contra. Hay quien los aplaude y quien los despedaza de manera inmisericorde. Le están dando duro a Lúgaro simplemente por el hecho de ser mujer y ser mayor que él.

De entrada tengo que decir que son adultos, solteros y están en todo su derecho a buscar su felicidad. Nada malo hay en enamorarse; mucho menos en su diferencia de edad. Tampoco el que sea divorciada y  tenga una hija. Ya es hora de que rompamos con los prejuicios y las etiquetas y dejemos a la gente vivir en paz. Bien por ellos.

Ahora bien, hay algo que se debe considerar y es que  ambos son políticos y figuras públicas. Esa ‘visibilidad’ hace que al utilizar las redes sociales se deban tener algunas previsiones. Hay que estar conscientes de cómo los otros nos perciben, cómo nos proyectamos y, sobre todo, cuál es su efecto en la opinión pública.

Ambos utilizan las redes sociales como una de sus principales plataformas de comunicación en sus carreras políticas. Cuentan con una gran cantidad de seguidores; algunos muy fieles.

Por otro lado, tenemos que una  gran mayoría de las personas funciona más con percepciones que con realidades y podría interpretar un mensaje equivocado. El publicar y después eliminar, como pasó con alguna foto, puede crear suspicacia, dudas, conjeturas y cuestionamientos.

Hay cosas que deberían mantenerse en privado. Si se decide hacerlo público, hay que saber qué es lo que se comparte y cuándo. Mezclar la política con lo personal, o exponerse demasiado, podría resultar contraproducente porque, depende de lo que sea, se puede afectar la  credibilidad, la seriedad y la confianza.

Tanto Natal como Lúgaro son parte de una alianza para promover la soberanía de cara al plebiscito a celebrarse en junio. Interesante me ha resultado que la gente le esté dando mayor atención a lo relacionado a su vida personal que a lo que ellos promueven. Veremos en qué termina.