Consecuencias catastróficas.

Así describen varios científicos lo que podría suceder si el campo magnético de la Tierra sigue sufriendo una serie de anomalías que podría terminar en una inversión de sus polos, según datos de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Esa información, que fue publicada por el Daily Mail, revela que  el “escudo” que protege la Tierra contra los rayos solares se está debilitando con mayor impacto en Sudamérica y Sudáfrica.

A este evento, los expertos le han llamado la Anomalía del Atlántico Sur.

Los detalles de la ESA explican que las corrientes de hierro líquido bajo la superficie de la Tierra se están moviendo de forma muy acelerada, lo que podría sugerir que los polos están a punto de ponerse “patas arriba”.

Científicos explicaron que las consecuencias de este fenómeno, que ocurrió por última vez hace 780,000 años, es que la Tierra pudiera experimentar "castastróficos" cambios climáticos y fallas en su sistema eléctrico, según reveló la científica canadiense Alana Mitchell.

Añadió que extensas zonas del planeta podrían quedar inhabitables. Los expertos no revelaron de inmediato cuántos años tardaría en registrarse este fenómeno nuevamente.

Además, el campo electromagnético puede debilitarse aún más con esta inversión de polos, lo que daría paso a vientos solares y aumentos de los niveles de radiación,

Otro efecto sería la eliminación de las redes eléctricas de suministro de energía en todo el mundo y daños irreparables en los satélites de comunicaciones si el campo magnético se sigue debilitando ya que daría paso a vientos solares y aumentos de los niveles de radiación.

Según la revista Physical Review Letters, si esto ocurre "podrían paralizar la moderna infraestructura tecnológica y poner en peligro la vida de los astronautas en el espacio".

Explicaron que históricamente, los polos magnéticos norte y sur se invierten cada 200,000 o 300.000 años y a partir de ese momento vuelven paulatinamente a su posición norman. Sin embargo, advierten que actualmente la vida del ser humanogira en torno a teléfonos, computadoras, calefacciones y una industria basada en la electricidad, las consecuencias para la civilización podrían ser catastróficas.