Los polos de Júpiter están cubiertos por cúmulos geométricos de ciclones y la atmósfera del planeta es más profunda de lo que creían los científicos. Estos son apenas algunos de los descubrimientos divulgados el miércoles por cuatro equipos internacionales de investigación, con base en observaciones de la sonda orbital Juno de la NASA. 

Un grupo descubrió una constelación de nueve ciclones sobre el polo norte de Júpiter y seis sobre el polo sur. La velocidad del viento superaba la de un huracán de Categoría 5, al alcanzar 350 km/h. 

Estas tormentas colosales casi no han cambiado de oposición ni se han fusionado desde que comenzaron las observaciones. 

Alberto Adriani, jefe del grupo del Instituto Nacional de Astrofísica en Roma, dijo que se sorprendió al hallar estructuras tan complejas. Los científicos habían previsto algo similar al sistema hexagonal de nubes que gira sobre el polo norte de Saturno. 

"Nos equivocamos", dijo en un correo electrónico. 

Lo que hallaron fue un cúmulo octogonal sobre el polo norte con ocho ciclones rodeando uno central y otro pentagonal sobre el polo sur. Cada ciclón tiene un diámetro de miles de kilómetros. 

El gigante gaseoso Júpiter, el quinto plante a desde el Sol, es de lejos el más grande del sistema solar. Lanzada en 2011, Juno gira a su alrededor desde 2016 y busca vislumbrar lo que hay bajo las densas nubes de amoníaco. Es la segunda sonda que gira alrededor del planeta, luego de Galileo, de 1995 a 2003. 

Según otro de los estudios publicados en la revista Nature, las corrientes de chorro entrecruzadas que surcan el planeta de este a oeste penetran miles de kilómetros por debajo de las nubes visibles. Mediciones exactas del campo gravitatorio desigual de Júpiter permitieron a Yohai Kaspi y sus colegas en el Instituto Weizmann en Rehovot, Israel, calcular que la profundidad de las corrientes era de unos 3,000 kilómetros. 

"El resultado sorprende porque esto indica que la atmósfera de Júpiter es masiva y su profundidad es mucho mayor de lo que preveíamos", dijo Kaspi en un correo. 

Una mejor comprensión de estas corrientes de chorro poderosas y el campo gravitatorio permitirá a los científicos descifrar con mayor precisión el núcleo de Júpiter, dijo Kaspi. Lo mismo podría suceder en otros gigantes gaseosos como Saturno, cuya atmósfera podría ser aún más profunda que la de Júpiter, añadió. 

Jonathan Fortney, de la Universidad de California en Santa Cruz, quien no participó de la investigación, dijo que las conclusiones eran "extremadamente sólidas" y revelan que "las mediciones de alta precisión del campo gravitatorio de un planeta pueden usarse para responder a interrogantes sobre la dinámica planetaria profunda". 

Por medio de técnicas similares, Juno ayudaría a los científicos a medir la profundidad de la Gran Mancha Roja, una tormenta ciclónica colosal, dijo Fortney en otra nota en Nature. 

Glenn Orton y Fachreddin Tabataba-Vakili, investigadores del Laboratorio de Propulsión a Chorro de NASA y participantes del estudio, dijeron que estos descubrimientos "muestran a Júpiter desde una nueva perspectiva", desconocida antes de Juno.