Desde el espacio hasta el mar, científicos mexicanos y estadounidenses monitorean los bosques de sargazo gigante en la región de Baja California para entender mejor el comportamiento del alga ante cambios ambientales, informó hoy el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

El monitoreo contempla variables físicas, químicas y biológicas a través del uso de herramientas como sensores, drones e imágenes satelitales, que se combinan con los datos que recogen los buzos en al menos 16 sitios en el Pacífico desde San Diego, California (EE.UU.), hasta El Rosario, Baja California (México).

El estudio está siendo realizado en conjunto por la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y la Universidad de California (EE.UU.).

El investigador Rodrigo Beas, de la Facultad de Ciencias Marinas de la UABC, explicó que las imágenes satelitales -capturadas en intervalos de 17 días- les permiten obtener datos de la cobertura de los bosques de sargazo desde la década de 1980 a la fecha.

Dentro de los posibles impactos del cambio climático sobre los bosques de sargazo, los investigadores de la UABC han puesto especial atención en la acidificación del océano.

"Las recientes anomalías producen respuestas muy complejas en los bosques de sargazo. Por ejemplo, temperatura alta les afecta, pero la combinación de temperatura con agua más ácida puede resultar en el aumento de biomasa", detalló Beas.

"Tenemos que enfocarnos en múltiples estresores, y para esto tenemos que hacer el monitoreo por mucho tiempo y a gran escala", añadió.

Asimismo, el científico apuntó que entender la respuesta del ecosistema mediante las acciones del monitoreo es útil para poder generar modelos predictivos sobre la estabilidad de ecosistemas naturales.

El monitoreo abarca variables físicas como temperatura, oleaje y tormentas; variables químicas como la acidificación y el oxígeno disuelto, y variables biológicas como la talla y abundancia de organismos.

Según comentó Alicia Abadía, investigadora de la Facultad de Ciencias Marinas de la UABC, el tiempo y el espacio también juegan un papel importante, pues los investigadores han encontrado que algunos parámetros cambian dependiendo del lugar.

"Ese es uno de los resultados importantes del monitoreo, que se han encontrado diferencias muy localizadas", aseguró.

Otro de los hallazgos ha sido la capacidad del sargazo gigante (Macrocystis pyrifera) para adaptarse a los cambios ambientales, una cualidad de resiliencia que es importante de monitorear para los investigadores e indispensable para comprender los ecosistemas y promover su manejo óptimo.

La información que se recopila mediante el monitoreo físico, químico y biológico de los bosques de sargazo gigante se concentra en una base de datos, la cual puede ayudar a fomentar el desarrollo de más estudios y la construcción de una red de información útil para la toma de decisiones.

El sargazo gigante se caracteriza por ser el alga más grande del mundo, alcanzando dimensiones superiores a los 30 metros, con una tasa de crecimiento de 50 centímetros diarios.