Las personas infectadas con un parásito común en gatos son más proclives al espíritu empresarial y a ser emprendedores, según revela un estudio de la Universidad de Colorado (CU) difundido hoy.

El estudio, que tomó como base a unos 1,500 estudiantes de esa universidad e incluyó datos compilados en 42 países en los últimos 25 años, concluyó que contraer el parásito Toxoplasma gondii aumenta las posibilidades de que una persona estudie carreras empresariales o abra su propio negocio.

En concreto, en comparación con quienes no adquirieron la infección las personas afectadas con el T. gondii son 1.4 veces más proclives a seguir una carrera de negocios durante sus años universitarios, 1.7 a llegar a puestos ejecutivos y 1.8 a ser dueños de sus propios negocios, de acuerdo a la investigación.

A modo de efecto adverso, el parásito, que se estima afecta a unos 2,000 millones de habitantes del planeta, se asocia con "conductas impulsivas y de riesgo", entre ellas casos de enojo en las carreteras, neurosis, abuso de drogas, suicidio y problemas de salud mental.

Sobre cómo un parásito puede impulsar a alguien hacia los negocios, Stefanie K. Johnson, también profesora en CU-Boulder y autora de la investigación, señala que el T. gondii reduce el "miedo racional" y por eso se reduce el "temor al fracaso".

"A los humanos nos gusta pensar que estamos en control de nuestras acciones. Pero las investigaciones emergentes revelan que los microorganismos que encontramos en nuestra vida diaria tienen el potencial de influir en sus huéspedes de una manera significativa", explicó en una nota del centro de estudios Pieter Johnson, profesor en CU-Boulder y coautor de la investigación.

Johnson señaló que existen otros ejemplos de microorganismos que modifican la conducta humana, como las bacterias intestinales que han sido conectadas con cambios de ánimo, dieta o funciones inmunológicas.

El estudio afirma que se trata de una situación a la vez "perturbadora y fascinante", porque les quita el aspecto racional a las decisiones humanas y porque pone en duda el hecho que las personas cuidadosamente sopesan beneficios y riesgos antes de tomar una decisión, o que, cuando deciden, lo hacen en su mejor interés.

En este caso, sugiere el estudio, el mejor interés y el mayor beneficio es para el parásito.

De comprobarse esa hipótesis, habría que revisar las teorías económicas vigentes, dijo Johnson, para incorporar a "nuestros acompañantes microscópicos".