Christian “Criscross” López, el hombre que apareció en una foto con una tortuga marina en sus manos y que se tornó viral, alega que el reptil estaba muerto cuando se acercó al mismo.

López indicó en entrevista con El Circo de la Mega, que se estaba hospedando con su familia en una cabaña en Humacao, al lado del balneario y que fueron sus hijas las que le avisaron que había “una tortuga bien grande” y decidió ir para tomarle una foto.

Según indicó el hombre, la tortuga no tenía los movimientos normales de una tortuga con vida. “La tortuga se estaba moviendo con el vaivén de las olas, que no se está moviendo normal, no está moviendo la aleta ni na de eso, y tampoco cuando uno se acerca a ellas, ellas temen y se meten para el agua”, detalló.

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López dijo que se le acercó y vio que tenía “el cuello en descomposición, la boca la tiene todo el tiempo abierta, tiene un coagulo de sangre en la boca, su caparazón está medio grisáceo”.

“Yo me di cuenta que estaba muerta y a mi entender la ley lo que te dice es que tu no las puedes ni maltratar, ni golpearlos, ni matarlos, ni nada eso, pero una vez que ya está muerta, pues yo no sé, entiendo yo que no es ningún tipo de delito”, expuso López.

“Se lo mencionamos a un guardia de seguridad que estaba por allí y ellos mismos nos dijeron a nosotros, ‘sí, ya nosotros hicimos la querella con (el Departamento de) Recursos Naturales, eso no nos toca a nosotros, ellos tienen que venir’”, detalló.

La foto, que se convirtió en viral en las redes sociales, fue tomada, “inocentemente” por su “mujer”.

La imagen fue subida a su perfil en la red social Facebook con un calce que hacía referencia a que el animal había dado “como para 100 pinchos”. Sin embargo, López pidió disculpas por el comentario y aclaró que nadie se lo había comido porque personal del Departamento de Recursos Naturales que llegó a la playa, se llevó el reptil.

Las leyes estatales y federales consideran como un delito grave matar, dañar, molestar, atrapar, comprar o vender tortugas marinas, incluyendo sus huevos y productos derivados. Las multas por este delito fluctúan entre $5,000 y un máximo de $50,000. También, la persona puede enfrentar una pena de cárcel por un mínimo de 90 días y un máximo de tres años. El juez puede decidir imponer ambas cosas: cárcel y pago de multas.