Lajas. …y comenzó la expedición tras el meteoro.

La luz resplandeciente de color verde brillante rajó el cielo a eso de las 11:15 pm del pasado 31 de mayo, luego de una explosión que se escuchó en el firmamento, parecida a la onda expansiva de un objeto al entrar a nuestra atmósfera. Cientos de personas en la zona oeste de Puerto Rico dijeron haberla visto o escuchado.

La Sociedad de Astronomía del Caribe (SAC) confirmó que se trató de un meteoro que entró por la parte norte del islote Desecheo hacia Lajas.

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Pasadas cuatro semanas y luego de revisar cientos de imágenes del radar Doppler del Servicio Nacional de Meteorología, se logró trazar su trayectoria precisa con la asesoría de astrónomos de la NASA, por lo que la SAC inició la búsqueda de posibles fragmentos de la roca que se cree cayeron en terrenos de una finca privada en Lajas.   

Listos para la expedición, el calor de la mañana prometía aumentar, pero aun así el equipo de la SAC estaba decidido a penetrar la hostil vegetación de una finca que ubica en el corazón del bosque seco subtropical de la Sierra Bermeja, entre Cabo Rojo y Lajas. 

Primera Hora estuvo allí en exclusiva para documentar la histórica búsqueda de lo que pudiera ser el primer meteoro encontrado en Puerto Rico, ya que hasta ahora no se ha registrado la recuperación de ningún fragmento de roca caída del espacio en la isla.

“Estamos utilizando evidencia científica de lo que se detectó en el radar Doppler. Todo lo que digan los testigos puede contribuir a determinar si en efecto cayó en esta zona como entendemos que ocurrió”, señaló el vicepresidente de la SAC, Eddie Irizarry.

“Revisando las imágenes encontramos una, que muestra una raya a la misma hora que se dio el evento. Las coordenadas indican que es en esta zona”, aseguró el experto de la SAC.

La primera parada durante esta misión, fue en casa de Emilio Seda Padilla, un residente en la carretera 303 del sector Pitahaya en Cabo Rojo, quien dijo haber visto la ráfaga de luz caer en una finca cercana.

“No recuerdo la hora exactamente. Yo salí de trabajar y estaba por ahí. Paré en una casa y vi eso”, dijo el hombre que describió “una estela brillante que iba cayendo de color amarillo casi tirando a rojo. Venían una luz grande y una pequeña en picada. Cayeron por detrás de los árboles”, narró.

Seda Padilla reconoció que tras la noticia de la caída del meteoro publicada en este medio, lo relacionó con lo que vieron sus propios ojos y se lanzó el solo a la búsqueda de la roca. “…Di una vuelta a ver si veía algo, pero no sabía lo que estaba buscando”, acotó.

El testigo le recomendó al equipo seguir la carretera y preguntar en una finca aledaña, que ubica en el sector Costa Bermeja en Lajas. Llegamos hasta el portón de la finca que curiosamente a su entrada lee un rótulo que dice: “Ruta Extraterrestre”.

Salió al portón el terrateniente Francisco Negrón Mora, a quien Irizarry explicó la misión. Sin mediar palabras, Negrón Mora abrió paso para que el equipo de búsqueda pudiera internarse en el bosque.

¿Por qué queremos encontrar el meteoro?

“En primer lugar sería de gran importancia, porque sería la primera vez que se documenta la caída de un meteoro en Puerto Rico. Este en particular, tuvo la peculiaridad de que muchas personas sintieron el estruendo. Sería bueno analizar si en efecto cayó en esta área algún fragmento. Si tuviéramos la suerte de encontrar pedacitos en línea, podríamos decir la trayectoria”, explicó Irizarry, quien reconoció que ciertamente será muy difícil encontrarlo. 

Por su parte, el presidente de la SAC, destacó que el propósito de hallar la roca es para documentar el evento, confirmar su trayectoria y analizar de qué está compuesto.

“Sobre todo con fines educativos y para en un futuro poderlo exponer en algún lugar público para que todas las personas lo puedan conocer”, destacó Gonzalez. 

Listos para la aventura, el equipo de búsqueda estaba compuesto por Domingo Gonzalez, quien posee estudios en ingeniería ambiental y es observador voluntario de la NOAA; el norteamericano Oswaldo “Ozzy” Torres y su esposa Elena, quienes por 45 años han estado estudiando teóricamente eventos astronómicos; y el presidente de la SAC, Juan Gonzalez acompañado de Irizarry.

La misión es encontrar una roca de apariencia como si se hubiese quemado. Su color debe ser bastante negro. Si lo que se encuentran son fragmentos, estos deben tener alguna cubierta negra que indique que se quemó por fricción.

Cada uno llevaba un instrumento, ya fuera para marcar las coordenadas de la trayectoria trazada previamente por GPS, detector de metales por si el contenido del meteorito es metálico, artefactos construidos con imanes especiales, entre otros instrumentos para este tipo de búsqueda.

Fueron cuatro horas de intensa caminata bajo el sol candente y observación meticulosa del terreno árido. Muchas fueron las rocas, grandes y pequeñas, que se levantaron del suelo para evaluación minuciosa. Los focos de pasto quemado por secciones llamaban la atención, pensándose que pudieron haber sido incendiados por el meteorito.

Pero el calor de 96 grados y la sed pese al vaciado de los termos de agua consumidos hasta casi la última gota, llamaron a detener la búsqueda hasta una próxima ocasión.

“Hay áreas que nos faltan verificar. Cuando ocurre un evento como este, no es nada fácil encontrar la roca de primera instancia. Es algo que pudiera tomar tiempo. Lo importante es que lo estamos intentando y ya hay áreas que tenemos marcadas que nos interesa explorar”, concluyó Irizarry, reiterando que el equipo volverá con refuerzos en una fecha futura.