Si se ha preguntando de dónde las cebras sacan su patrón de líneas, un grupo de científicos de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) tiene la respuesta, o, por lo menos, parte de ella.

Según la investigación del grupo, tanto la cantidad de rayas como su intensidad están relacionadas con la temperatura del entorno en el que viven.

Thomas B. Smith, profesor de ecología y biología evolutiva, señaló en el portal noticioso de la Universidad que las investigaciones anteriores se habían concentrado en la búsqueda de mecanismos individuales, pero en este caso “ilustramos cómo este fenómeno extraordinario es probablemente más complejo de lo que se pensaba anteriormente”.

La investigadora Brenda Larison -autora principal del estudio- y su equipo examinaron la cebra común, que es, como se infiere de su nombre, la más corriente de las tres especies y tiene una amplia variedad de patrones de rayas.

En climas cálidos, esa cebra tiene líneas más oscuras y cubren todo el cuerpo; en regions con inviernos más fríos como Sudáfrica y Namibia las rayas son menos, más finas y más dispersas. 

En algunos casos no tienen ninguna raya en las patas. Luego de analizar cebras en 16 diferentes regiones de África y tomando en consideración más de dos docenas de factores ambientales, los investigadores encontraron que la temperatura era el factor más determinante para predecir las líneas.

El hallazgo proporciona la primera evidencia de que el control de la temperatura corporal o la termorregulación, es la razón principal para las rayas y los patrones que forman.

La cebra evolucionó del caballo hace más de dos millones de años y las hipótesis para las rayas van desde un mecanismo de protección contra deprepadores e insectos portadores de enfermedades hasta el control de temperatura.