Entre 1492 y 1830, los españoles extrajeron de América 4,035,156,000 de pesos en oro y plata, según los archivos de las casas de moneda reales. Increíblemente, el 40% de esta cantidad fue extraído de las minas de México solamente. El 60% restante de los 4 billones se extrajo de colonias como Perú, Colombia y Chile. Tanto como 18 millones de pesos en oro y plata eran transportados a España anualmente por barco, naturalmente.

Esto significa que los barcos, pesados y lentos por su valiosa carga, se exponían no solo a las emboscadas de piratas y corsarios, sino a otros tipos de dificultades como tormentas, bancos de arena, arrecifes y desperfectos de las naves, entre otros. Como resultado, gran parte de los navíos que transportaban tesoros terminaban perdidos en el fondo del mar.

En muchas ocasiones, los tesoros eran rescatados al poco tiempo de ocurridos los hundimientos. Para lograrlo, los españoles utilizaban una especie de campana alargada que se sumergía, reteniendo un bolsillo de aire en su interior. Los intrépidos rescatadores se lanzaban al mar para recoger el oro y la plata, respirando aire dentro de la campana antes de continuar.

Afortunadamente para ellos, el 99% de todos los hundimientos registrados en el hemisferio occidental ocurrieron porque los barcos encallaban en aguas demasiado llanas, a profundidades de 30 pies o menos.