“Si creen que los servicios de mensajería instantánea son privados, prepárense para llevarse una gran sorpresa”.

Con estas palabras el director del Equipo de Tecnología y Derechos Humanos de Amnistía Internacional, Sherif Elsayed-Ali, ha dado cuenta hoy de que nuestras comunicaciones en muchas de las aplicaciones de mensajería que usamos frecuentemente están sujetas a la amenaza permanente de los ciberdelincuentes y del espionaje de las autoridades estatales.

Su afirmación es parte de una evaluación que realizó Amnistía Internacional que revela que empresas tecnológicas como Snapchat y Microsoft, propietaria de Skype, no están implementando medidas básicas de protección de la privacidad en sus servicios de mensajería instantánea.

Al no hacerlo ponen en peligro los derechos humanos de los usuarios, afirmó Amnistía Internacional.

Por el contrario, Apple, Line y Viber obtuvieron las puntuaciones más altas como parte del estudio en el que la entidad evaluó a 11 empresas con las aplicaciones de mensajería más conocidas y su manera de usar la encriptación para proteger la privacidad y la libertad de expresión de los usuarios en estas plataformas.

“Las personas jóvenes, que son las más prolíficas compartiendo datos personales y fotografías a través de aplicaciones como Snapchat, están especialmente expuestas”, ha afirmado Elsayed-Ali.

Y es que según la evaluación, Snapchat, empresa radicada en Estados Unidos que utilizan diariamente más de 100 millones de personas, no adopta medidas suficientes para proteger la privacidad de sus usuarios.

“No ha implementado la encriptación de extremo a extremo, por ejemplo, ni es transparente a la hora de informar a los usuarios sobre las amenazas para sus derechos humanos o su uso de la encriptación”, señaló Amnistía Internacional.

La organización ha recalcado que la encriptación de extremo a extremo, que es una manera de codificar los datos para que solo el emisor y el receptor puedan verlos, es un requisito básico que deben cumplir las empresas tecnológicas para garantizar que la información privada transmitida mediante sus aplicaciones de mensajería sigue siendo privada.

Este requerimiento tampoco lo cumple Skype.

Facebook y Apple, dando ejemplo

En su comunicación, Amnistía Internacional establece que ninguna empresa ofrece privacidad hermética, pero Facebook, cuyas aplicaciones Facebook Messenger y WhatsApp suman dos mil millones de usuarios, obtuvo la máxima puntuación en la evaluación de protección de intimidad de usuarios.

De las 11 empresas evaluadas, Facebook es la que más utiliza la encriptación para responder a las amenazas para los derechos humanos, y la más transparente sobre las medidas que está adoptando.

Sin embargo, aunque incluye la opción de la encriptación de extremo a extremo con su nueva función “conversación secreta”, el modo por defecto que usa Facebook Messenger es una forma de encriptación más débil, lo que significa que Facebook tiene acceso a todos los datos. WhatsApp utiliza por defecto encriptación de extremo a extremo y se destaca por ofrecer información clara a los usuarios sobre la encriptación en la aplicación.

Apple puntuó sobresaliente al ofrecer encriptación completa de extremo a extremo en todas las comunicaciones a través de sus aplicaciones iMessage y Facetime. Pero, según consideraron los evaluadores de la entidad, debe informar mejor a sus usuarios para que sepan que los mensajes SMS son menos seguros que los enviados a través de iMessage. Además, la empresa debería adoptar un protocolo de encriptación más abierto, que permita su plena verificación independiente.

Junto con Apple, Line y Viber, puntuaron el máximo por ofrecer de forma predeterminada encriptación de extremo a extremo en todas sus aplicaciones de mensajería.

“La mayoría de las empresas tecnológicas simplemente no dan la talla cuando se trata de proteger la privacidad de sus usuarios. Activistas de todo el mundo dependen de la encriptación para protegerse del espionaje de las autoridades, y es inaceptable que las empresas tecnológicas expongan al peligro a estas personas no reaccionando como deben en vista de los riesgos para los derechos humanos”, manifestó Elsayed-Ali.

“El futuro de la privacidad y la libertad de expresión en línea depende en gran medida de que las empresas tecnológicas ofrezcan servicios que protejan nuestras comunicaciones o, por el contrario, las sirvan en bandeja a miradas entrometidas”, sostuvo.