No escribo hoy de Héctor Travieso, tampoco de Daniel, el mimado de las redes sociales.

El Travieso de mi artículo es un caballo, que fue tema de conversación las pasadas semanas. El famoso caballo Travieso debe ser el primer y único caballo en la historia en desfilar en una graduación, con todo y birrete.

De más está decir que fue la sensación de la ceremonia convirtiendo aquello en un espectáculo. Pero más allá de la curiosidad, el significado del desfile de Travieso vale la pena reseñarlo.

Aquello fue una muestra gigante y dramática de agradecimiento de un joven hacia quien le ayudó a lograr su sueño universitario.

Cuenta el joven Alberto Martínez Rivera, hoy con título de Justicia Criminal, que la única alternativa viable para trasladarse del barrio Pájaros en Toa Baja a la Caribbean University en Bayamón, era en el caballo de su abuelo de nombre Travieso.

Por eso no vaciló a la hora de seleccionarlo como su invitado especial a los actos de graduación. ¡Travieso se lo ganó! Este gesto habla muy bien del joven Alberto Martínez Rivera, quien con su ejemplo nos señala dos principios importantes para triunfar en la vida; la perseverancia y la gratitud.

Cuando uno quiere lograr algo, se lucha con el corazón para conseguirlo. A los problemas se le encuentran soluciones, las que sean y se continúa el camino hacia la meta.

Para muchos la falta de transporte es razón suficiente para rajarse y darse de baja. Para la gente como Alberto es un reto más que hay superar que, lejos de desalentarlo, lo motiva a seguir adelante.

Si no tuviera a Travieso, hubiera cogido pon o se hubiera inventado otra cosa, pero a la universidad llegaba.

Se trata de tener determinación y compromiso, estando dispuesto a cualquier sacrificio para lograr tus sueños. Al final, la conquista cuando requieren altos sacrificios adquiere un mayor valor.

Por otro lado, Alberto también nos enseñó el valor de la gratitud. Quien nos ayuda y da la mano, debemos siempre agradecerle. Nada más desagradable que presumir un triunfo sin reconocer a quienes te acompañaron en tu lucha. Lo justo es compartir la gloria y la alegría, pues además de ser lo correcto, te permitirá encontrar buena voluntad más adelante.

Tenemos en Alberto y Travieso un binomio ganador, que en tiempos difíciles se presenta como emblema de buenos valores y principios.

Gracias a ambos por el ejemplo.