Estoy feliz, lo admito. Se me presentó la oportunidad de protagonizar una obra de teatro para niños/as y no veo el momento en que se abran las cortinas. Asumo el reto con muchísimo gusto pues era algo que quería hacer antes de que mis dos hijos crecieran. Saber que serán parte de la audiencia llenará de “mariposas” mi estómago. Espero que la disfruten, que sea una momento especial que puedan recordar durante toda su vida. 

Al grabar televisión todos los días y tener niños pequeños que atender cualquier proyecto nuevo siempre complica el día a día. Si es de teatro más todavía ya que requiere tiempo para ensayos y presentaciones. Pero cuando los proyectos nos entusiasman hacemos los ajustes que sean necesarios con todo el gusto del mundo. Si tenemos entusiasmo nada pesa ni molesta. Por ver a mis hijos sonreír ensayo de madrugada si fuera necesario, hasta que logremos el producto deseado. 

Es diferente cuando lo que nos toca hacer no nos gusta ni motiva. El desgano se nota y evita que las cosas no salgan como queremos. Tenemos que ser selectivas y muy responsables a la hora de comprometernos; por encima de cualquier cosa nos tiene que gustar lo que hacemos. 

Si contenta me puse al saber que la obra era para niños, mayor fue mi contentura al saber que era El Principito. Un clásico que aunque escrito para un público infantil igual cautiva a los adultos. Su temática es edificadora y la forma de contar la historia muy divertida e interesante.  Ya comencé a leerles y explicarle el libro a mis niños y están fascinados. Miranda le dice a todo el mundo que su mamá será “La Principita” y que volará sobre un cometa (así ella lo interpreta). 

El teatro es una gran herramienta educativa, sobre todo para nuestros niños. La atmósfera es mágica y permite captar la atención total de los niños, quienes terminarán identificándose con los valores y enseñanzas que acompañan la historia. Le permite además al maestro una discusión amplia al llegar a la escuela en seguimiento a lo aprendido en el teatro. Este tipo de teatro hace mucha falta y     debemos procurar que nunca falte en cartelera. 

En turno esta El Principito y allí estaré compartiendo escenario junto al gran actor Carlos Esteban Fonseca, Mónica Pastrana y David López, bajo la dirección de Carlos Acevedo. Estoy segura que para los niños en la audiencia y los adultos sobre el escenario será una experiencia muy gratificante.