El periodo navideño que tanta alegría genera es también un acelerador de la nostalgia, la tristeza y la melancolía en muchas familias. 

El domingo, como de costumbre, compré el arbolito que siempre pongo en la sala (por cierto, los encontré un poco caros y más pequeños que el año pasado). Antes de llegar a casa con el pino amarra’o en la capota de mi guagua hice varias paradas, coincidiendo en una de ellas con una amiga de mucho tiempo. 

“Tempranito a decorar el árbol, los nenes deben estar felices”,  me comenta. Sin dudas lo estaban. Ambos me esperaban en la puerta de mi casa con los adornos y la estrella en sus manos. La que no se veía muy contenta era ella, quien me confesó estar pasando por momentos muy difíciles por lo que, para ella, estas Navidades serían muy tristes. 

“Te veo llegar con el arbolito y se me aprieta el corazón”, me comentó. En sus planes no estaba decorar. Recién había perdido a un ser querido y para ella todo lo alusivo a la Navidad aumentaba su dolor. Me dio mucha penita aquellas palabras. Hubiera dado lo que fuera por no tener el arbolito sobre mi carro en ese momento, pero ya no había opción. 

Fue inevitable no pensar en mis familiares y amigos más cercanos que atraviesan por situaciones similares. Mi titi Zulma que acaba de perder a su amado hijo, al igual que mi querida hermana mayor Cecilia. Mujeres fuertes y luchadoras a quienes la vida las ha enfrentado a tan dura prueba. 

También mi amiga querida Xioana Nieves, cuya angelita recién nacida, Xioana Rosaura, se fue a morar con el Señor. 

Estas Navidades serán sin dudas muy diferentes para todas ellas. Como lo serán para muchas otras personas con situaciones similares. No debemos perderlo de perspectiva. 

Si bien la fiesta, la parranda  y la algarabía sobran en el periodo navideño, la solidaridad y la compasión no deben faltar. Reconocer a quienes en nuestro entorno tienen su ánimo afligido y hacer gestos de amor para aliviar su dolor es también celebrar la Navidad. 

Nada muy complejo: una llamadita, visitarlos, invitarlos a almorzar. Cuando vayas a hacer la lista, procurar que no se nos olvide nadie. Será un gesto noble que agradecerán siempre. Como a mi hermana Cecilia, titi Zulma y amiga Xioana, les envío mi amor y mejores deseos a quienes vivirán situaciones similares estas próximas Navidades. 

¡Que Dios les bendiga!