Siempre que comparto con gente que asume una actitud positiva ante la adversidad y continúa viviendo con alegría llego a casa entusiasmada y llena de energía. Me ocurrió hace más de un mes cuando repasé junto a Sandra Zaiter su trayectoria. Para mí, ella es el modelo por excelencia de cómo debemos enfrentar las circunstancias de la vida.

De inmediato te das cuenta de que los problemas que posiblemente nos perturban no son razón suficiente para quitarnos el sueño y que debemos entenderlos como parte normal de la vida.

La pasada semana tuve una experiencia similar con el talentoso comediante Alex Soto, a quien muchos recuerdan por su personaje de Tomasa, la pintoresca amiga de Minga y Petraca en “No te duermas”, además de sus últimas comparecencias como panelistas en “Dando candela”. A Alex, quien también ha sido imitador, bailarín y actor, le ha tocado vivir el traumático proceso de perder una extremidad, la pierna derecha, debido a una complicación por su condición de diabetes. Un golpe fuertísimo para quien ha pasado toda su vida parado sobre el escenario entreteniendo a la gente. Sin embargo, Alex reaccionó a la noticia con valentía, hizo los ajustes necesarios en su vida y se mantiene combativo, disfrutando cada momento y trabajando en una oficina desde las 5:00 de la mañana. Su picardía para el humor sigue intacta, “robándose el show” dondequiera que se presenta, ya sea como invitado en un programa de televisión o un espectáculo humorístico.

Como a Alex, a cualquiera le puede cambiar la vida en un instante. Tendemos a pensar que estos eventos imprevisibles son problemas y situaciones de otros hasta que nos toca el día.

De pronto nos damos cuenta del privilegio que representa caminar, agarrar y sostener objetos, respirar libremente y otras funciones que la vida nos ha permitido. También de lo pequeño que eran los problemas que nos atormentaban y afectaban el ánimo día a día. Que si aquel habló mal de mí, el tapón hacia el trabajo, el ruido que hace el vecino, las libritas de más, las pulgadas de menos, entre otras angustias triviales que convertimos en cargas pesadas que afectan nuestro desempeño diario. Alex con su ejemplo y actitud hacia la vida, al igual que Sandra y muchos otros, nos presentan razones suficientes para no asumir una actitud pesimista ante los retos de la vida. Nos recuerdan que debemos ser cuidadosos antes de catalogar nuestros problemas como grandes y nos invitan a vivir con más alegría e intensidad.

Hay cosas que no podemos cambiar, que están ahí y nada ganamos con lamentarnos por ellas cada vez que las recordamos. Esto nos quita ánimo y fuerza para atender las que si están en nuestro control. Confiando en que todo pasa para bien y que las cargas vienen acompañadas de la resistencia para sostenerlas, pongamos siempre nuestra mejor cara ante lo que traiga la vida.