A propósito de la corrupción

Resulta curioso ver cómo los señalados de alguna manera en relación con actos de corrupción ocurridos hace unos años en Puerto Rico  de momento se convierten en acusadores y se pintan como si nunca hubieran roto un plato. Tomemos, por ejemplo, el caso de Jorge Dávila, director de Turismo bajo el gobierno de Pedro Rosselló y secretario general del Partido Nuevo Progresista cuando lo presidió Carlos Pesquera. Dávila, quien salió ileso tras los  años de la corruptela de  la administración Rosselló y eventualmente  se mudó a Florida,   ahora ha regresado como director ejecutivo del PNP. Y en esa capacidad, en días pasados denunciaba que  en la Autoridad de Energía Eléctrica habían nombrado a puestos de jerarquía a funcionarios señalados anteriormente por corrupción.

 Las  denuncias de Dávila nos vuelven a traer a la memoria el caso del notorio ex secretario de Educación Víctor Fajardo, recién salido de la prisión federal y libre gracias a la Junta de Libertad Bajo Palabra. Durante el proceso federal contra Fajardo, según el archivo de Primera Hora, su entonces lugarteniente, José Omar Cruz Mercado, proveyó al FBI información que recopiló por varios años en una notoria libretita en la que apuntaba los nombres de los premiados con dinero robado y las cantidades con las que se les premiaba. Entre los pagos  detallados por Cruz Mercado al FBI figuraba uno de $60,000 en efectivo para el PNP, entregado en persona a Dávila.

 El ex director de Turismo también se “mojó” un poco en un informe de la Oficina del Contralor sobre la Comisión de Puerto Rico para el Nuevo Milenio, de la cual formó parte, que determinó que el organismo incurrió en gastos “extravagantes, excesivos e innecesarios” por $1.7 millones, incluyendo una fiesta privada que fue pagada con fondos públicos para recibir el año 2000.

Muda la CEE

Desde que el ex juez Ángel González  asumió la presidencia de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), no ha trascendido información sobre las reuniones semanales que acostumbraba a realizar el organismo electoral, con la participación de los comisionados de los partidos políticos inscritos. Según supo De Primera Mano, una primera reunión convocada no se desarrolló debido a que el presidente se fue a almorzar y no regresó. 

En una segunda convocatoria, el comisionado electoral del Partido Independentista Puertorriqueño, Juan M. Dalmau, pidió un turno de privilegio, disgustado porque no se habían cumplido las condiciones negociadas para que el PIP aceptara a González como presidente. Dalmau y su comisionado alterno, Roberto Aponte, se levantaron y se fueron, con la advertencia de que no volverían a reuniones hasta que se cumpliera lo prometido. No ha habido más reuniones desde entonces y se alega que hay insatisfacción en la CEE. 

González supuestamente mandó a cambiar todas las cerraduras de la oficina de la presidencia, a la que ahora solo tiene acceso el personal que trajo de Ponce. Su ayudante, Pablo Rivera, supuestamente decide quién pasa o no pasa. Además, se argumenta que González está siendo dirigido desde La Fortaleza.  “Le quitaron el acceso al piso 10 a un montón de funcionarios”, dijo una fuente.

Siempre para’o

El ex comisionado electoral popular Nicolás Gautier es  ahora asesor del nuevo presidente de la CEE en asuntos electorales, cargo que desempeñó por años el experimentado Benicio Carmona. Como comisionado, la única gestión destacada de Gautier fue el despido de  39 empleados.