Una versión reducida del peregrinaje anual de puertorriqueños a las filas de las tiendas con motivo del Viernes Negro se cuaja esta noche frente a Toys R Us, de Plaza las Américas.

Veterano de estas lides, Carlos Torres fue el primero en llegar a la popular tienda de juguetes a las 4:30 p.m. Agente de la Policía asignado al Centro de Mando de Bayamón, dijo que ha hecho este tipo de filas por cinco o seis años y, según él, vale la pena el sacrificio.

“Cuando es por los nenes sí”, dijo mientras indicaba que la fila en la tienda era mucho más pequeña que en años anteriores. “Es que hay buenos especiales”.

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Torres se encontraba allí por dos hijos pequeños y en su lista de prioridades figuran un Lego Dimension y un Skylander.

Torres fue uno de varios consumidores que llegaron preparados con sillas plegadizas. Aunque a las 9:45 p.m. la fila era reducida, para las 10:25 p.m. ya se extendía hasta la entrada del contiguo supermercado Pueblo.

Laura Bonilla llegó dos horas después que Torres, también sola.

“Por los precios”, respondió a la pregunta de por qué sacrificaba parte de su Día de Acción de Gracias haciendo una fila, en su caso para comprar para dos niñas. De hecho, hizo hincapié en la “ganga” que buscaba: un dispositivo de juegos DS en especial por $99, cuando su precio regular es de $100 más.

“No importa. Siempre me acuesto tarde viento televisión”, comentó mientras minimizaba la posibilidad de trasnocharse la empleada de la Corporación del Fondo del Seguro del Estado.

Mientras ella hablaba, otros muy cerca se entretenían con sus celulares o conversando.

Para Jonathan Oquendo la misión de esta noche es clara: comprar un ‘camper’ de Barbie. El producto está en especial en $53 cuando su precio regular es $89, por lo que llegó a la tienda a las 7:30 p.m.

“Hace como cinco años que no hago estas filas pero lo hago por ese juguete que está a mitad de precio… vale la pena”, sostuvo el guardia de seguridad, quien entra a trabajar mañana a la 1:00 p.m.

Otros hacen la fila por encomienda de parientes como en el caso de Ronny Meléndez, quien llegó armado del ‘shopper’ que le entregó su esposa. La encomienda:  comprar una Tablet, una cocinita y una bicicleta para dos hijas y una sobrina.

“He hecho estas filas antes y una vez me ahorré como $50 o $60”, dijo sin sonar muy convencido mientras sacaba “los especiales” del bolsillo.

“Pero yo no me meto en Wal-Mart”, aclaró contundentemente.

A Kevin Díaz y Angélica Piñeiro, ambos de 21 años, los movió a Toys R’ Us el deseo de comprar, pero para ellos.

Para Díaz el “gustito” es un DS tridimensional valorado en $99 y ella busca un peluche de Picachú.

Pero para Keysla Díaz, más que un deseo, comprar un choque para su bebé prematuro que viene en camino se ha convertido en una necesidad.

“El coche lo venden por seiscientos y pico de dólares y lo tienen en $200”, dijo.