Las cooperativas de ahorro y crédito, de las cuales hay 117 en la Isla, trabajan varias iniciativas para aumentar su base de clientes y socios.

Una de esas rutas es el ofrecimiento de más productos dirigidos a empresas con 50 empleados o menos, así como a quienes aspiran a ser empresarios. Tal es el caso de la Cooperativa Zeno Gandía, con sede en Arecibo, que cuenta con el programa de microcrédito Emprende.

Erixson Gómez, presidente ejecutivo de la institución, explicó que este es dirigido a promover el emprendimiento y el autoempleo y está orientado a jóvenes sin experiencia de crédito. Se prestan de $1,000 a $15,000 a quienes interesan establecer o mantener sus propios negocios en áreas que van desde plomería y electricidad hasta salones de belleza, gimnasios y proyectos de producción agrícola, entre otros.  

La Zeno Gandía también cuenta con préstamos comerciales, línea de crédito comercial garantizada y está preparándose para manejarle la nómina a las empresas de pequeños comerciantes, de modo que estos puedan pagarle a sus empleados -vía depósito directo- desde cuentas en la cooperativa. Las primeras pruebas piloto podrían comenzar tan pronto como dentro de dos meses, adelantó el ejecutivo.

La Cooperativa San José, con sede en Aibonito, es otra que ha dado pasos en esa dirección, de acuerdo con su oficial de mercadeo y comunicación, Teresita Alonso. 

“Hace como un año y medio empezamos a trabajar con productos comerciales ofreciendo cuentas de cheques, préstamo sin colateral hasta $5,000, cuenta de ahorro y equipos para hacer transacciones electrónicas, incluyendo el que funciona con línea telefónica, el inalámbrico y el móvil POS”, dijo. Este último sirve para que el negocio pueda aceptar pagos con tarjeta de crédito o débito utilizando un celular a través de tecnología Bluetooth, explicó.

Al contar con equipos de POS, Alonso indicó que se ha logrado que empresas muevan sus cuentas a la institución.

Gómez recordó que antes a las cooperativas les estaba vedado ofrecer productos dirigidos a comercios, pero que en los años 1990 se enmendaron las leyes que las regulan para permitirles servir a ese mercado. Es una oportunidad que, dijo, han aprovechado como parte de los esfuerzos para hacerle frente a la depresión económica y a la emigración masiva de boricuas a Estados Unidos.

“Más de un 50% del crecimiento en nuestra cartera total de préstamos obedece a los productos comerciales”, resaltó Gómez.

Por su parte, la Cooperativa de Ahorro y Crédito de la Federación de Maestros (Fedecoop) que sirve a maestros de escuelas públicas, educadores retirados, empleados de agencias gubernamentales y de los municipios, está pendiente a abrir los criterios para hacerse socio. Esto, con miras a que para el año que viene pueda admitir a familiares de los socios actuales.

La idea, según su director ejecutivo, Pedro García, es llegar al público joven (los hijos de los cooperativistas) y a la vez prepararse para una posible reducción en la plantilla de empleados públicos, ya sea por medidas de austeridad que impongan el gobierno o la Junta de Supervisión Fiscal, o por causa de la migración de boricuas a Estados Unidos.

Para atraer a la juventud y generar eficiencias, las cooperativas han invertido en herramientas tecnológicas que a su vez les permiten competir con la banca comercial. Muchas cuentan con servicios a través de internet, aplicaciones para dispositivos móviles y alertas vía mensajes de texto, coincidieron los entrevistados.

Las cooperativas Zeno Gandía, San José y Fedecoop cuentan con plataformas de “internet banking”, desde donde los socios pueden ver información de sus balances y transacciones realizadas, así como hacer transferencias y realizar pagos en línea. También cuentan con servicios vía telefónica, aplicaciones para celulares y tabletas, la posibilidad de recibir pagos vía depósito directo y presencia en las principales redes sociales.

García resaltó la acogida que ha tenido el “live chat” que incluyeron hace tres meses en la página web de Fedecoop. 

“Ahí atendemos entre 100 y 125 consultas al mes de personas que buscan información de la cooperativa, se conectan en vivo y hacen preguntas. Sirve a socios y a los que no son socios y ha tenido mucha aceptación”, sostuvo el director ejecutivo. Agregó que al final piden a los usuarios que opinen sobre el servicio y que un 99% se ha manifestado satisfecho.

William Ortiz, presidente de la junta de directores de la Liga de Cooperativas, organismo que defiende los intereses comunes del movimiento cooperativista y que cuenta con unas 300 entidades afiliadas, resaltó que muchas en el sector de ahorro y crédito envían alertas vía mensaje de texto cada vez que el socio recibe en su cuenta un depósito directo o se realiza una transacción. Como la alerta se genera en cuanto se realiza la transacción, el servicio sirve para evitar el fraude, pues si el consumidor ve una compra que no reconoce como legítima, en el mensaje se incluye un número de teléfono a dónde llamar para resolver la situación.

El ejecutivo de la Cooperativa Zeno Gandía enumeró los beneficios de dar mayor énfasis a este tipo de servicios.

“Uno es que mejora el nivel de eficiencia. Las transacciones electrónicas son mucho más baratas que las transacciones físicas en una sucursal, aparte de que agilizan y facilitan la operación de la cooperativa”, mencionó el ejecutivo. “En segundo lugar, y más importante, es mantener un excelente servicio al cliente y prepararnos para la nueva generación que está subiendo. Esta generación no va a la sucursal. Ellos cobran su salario por depósito directo y hacen todos sus pagos de manera electrónica”.