Un estudio de un investigador de la Universidad de Puerto Rico en Cayey ha establecido que en Puerto Rico el salario mínimo no debe ser menos de $8.61 para avanzar en contra de la desigualdad social que permea en el País.

La investigación Is There a Minimum Wage Biting in Puerto Rico? Updating the Debate, del doctor José Caraballo Cueto, fue publicado en el Journal of Industrial Relations.

Establece que el último aumento al salario mínimo trajo un efecto positivo pero moderado sobre el empleo total al incrementar el poder adquisitivo de una gran parte de la población en Puerto Rico, lo que creó a su vez mayores ventas para muchas empresas que necesitaron contratar más personal.

Para las empresas de salarios altos como las farmacéuticas, el aumento al salario mínimo no tuvo un efecto estadísticamente significativo. Estos hallazgos contradicen el llamado Informe Krueger, en el que  se argumenta que el salario mínimo vigente de Puerto Rico es muy alto.

“Usando estadística avanzada encuentro que el último aumento al salario mínimo no generó desempleo. El movimiento del empleo en Puerto Rico es bien dependiente de los movimientos en la producción de bienes y servicios: a mayor producción, mayor será la creación de empleos y viceversa”, señaló el académico.

“Cuando actualizo el último aumento del salario mínimo al año 2015 encuentro que el salario mínimo en Puerto Rico debería ser $8.61 por hora. Es importante perseguir ese salario mínimo óptimo para mejorar la desigualdad económica que hay en Puerto Rico, la cual está entre las peores del mundo”, aseguró Caraballo Cueto, investigador del  Instituto de Investigaciones Interdisciplinarias de la UPR de Cayey.