El huracán Irma no dejó devastación en Puerto Rico, pero empeorará la crisis fiscal y económica que atraviesa el País, observó ayer el economista Argeo Quiñones.

“Es cierto que pudo haber sido peor, pero lo que ocurrió, al darse con un cuadro sumamente deteriorado para el País, abona a la crisis por la que atravesamos, con una política de austeridad fiscal encima”, sostuvo Quiñones.

“No podemos olvidar que el lunes, los empleados del gobierno central pueden regresar a sus centros de trabajo y posiblemente les anuncien una reducción de jornada”, opinó el profesor de economía en el Recinto de Río Piedras, de la Universidad de Puerto Rico.

Al evaluar el impacto económico del fenómeno atmosférico sobre Puerto Rico, Quiñones subrayó que primero hubo una parálisis temporera de la actividad económica en sectores como la agricultura, manufactura, construcción, administración pública, transportación y en servicios como energía eléctrica.

A la misma vez, dijo que en la respuesta a la emergencia, con la movilización de equipos de salud, rescate y policías, se registró una intensificación en la prestación de servicios que podrían representar un mayor valor. No obstante, indicó que quienes suelen necesitar estos servicios de emergencia son los sectores más pobres “y estos son servicios públicos, que requieren una mayor gestión de asistencia”.

En los preparativos para enfrentar el fenómeno, Quiñones dijo que los comercios tuvieron “ventas espectaculares”, pero añadió que “luego les viene el tiempo muerto”.

Indicó que todavía incluso, hay demanda por generadores de energía y por productos no perecederos porque se desconoce cuándo se restablecerá el servicio de electricidad. También, mencionó que los que tienen mayor poder adquisitivo, podrían optar por comer fuera.

“A todo esto le aplica un efecto multiplicador”, sostuvo para agregar que también habrá muchos pendiente para “reclamar ayuda a Washington”.

El economista puntualizó que mucha gente tendrá que hacer más ajustes en su diario vivir ya que “estaba viendo su ingreso bajar y ahora se tuvo que preparar para enfrentar la tormenta”.

Además, “tenemos a la Junta de Control Fiscal y al gobierno con la política de austeridad, en el contexto de una gran crisis económica y fiscal”.

En cuanto a los renglones más afectados por el huracán, Quiñones expresó que la agricultura tiende a ser el más impactado.  Mencionó entre éstos, las cosechas la de plátanos, frutos menores, vegetales y las cosechas de café.

“Esto no fue un huracán para nosotros”, destacó al aseverar que afortunadamente la Isla recibió vientos de tormenta tropical y el cuadro “pudo haber sido peor”.