NEW BERN, Carolina del Norte. La Marina, la Guardia Costera, cuadrillas de civiles y voluntarios utilizaron helicópteros, barcos y vehículos todoterreno el sábado para rescatar a cientos de personas atrapadas por la arremetida de Florence en la franja costera, incluso mientras Carolina del Norte se prepara para la nueva fase de un desastre: catastróficas inundaciones generalizadas tierra adentro.

La cifra de muertes a causa del huracán debilitado a tormenta tropical aumentó a 11.

Un día después de tocar tierra con vientos de 90 millas por hora, Florence prácticamente se estacionó sobre tierra durante todo el día y liberó la lluvia.

Con las crecidas de los ríos alcanzando niveles históricos, las autoridades han ordenado el desalojo de miles de personas por temor a que en los próximos días se registre la etapa más destructiva a causa de una inundación en la historia de Carolina del Norte.

La tormenta descargó más de 60 centímetros (dos pies) de agua en algunas localidades y los meteorólogos advirtieron que las lluvias torrenciales podrían aumentar hasta tres pies y medio, y ocasionar fuertes inundaciones tierra adentro en los próximos días.

“No puedo exagerarlo: Aumentan las inundaciones y si uno no está al pendiente, arriesga su vida”, manifestó el gobernador Roy Cooper.

El huracán entró por Wilmington.

Hasta las 5:00 de la tarde del sábado, el vórtice de Florence se encontraba aproximadamente a 60 millas al oeste de Myrtle Beach, Carolina del Sur, y avanzaba hacia el oeste a 2 millas por hora. Sus vientos máximos sostenidos se debilitaron a 45 millas por hora, informó el Centro Nacional de Huracanes.

Durante su arremetida inicial a lo largo de la costa, Florence doblegó edificios, inundó comunidades enteras y dejó sin electricidad a más de 900,000 hogares y comercios.

Sin embargo, la tormenta parecía ser un desastre a dos tiempos, y la segunda fase retrasada fue detonada por agua de lluvia que se abre paso hacia ríos y riachuelos.

Las inundaciones súbitas podrían devastar comunidades y poner en riesgo presas, caminos y puentes.

El presidente Donald Trump emitió una declaración de desastre para Carolina del Norte y pondrá fondos federales a disposición de la gente en los condados de Beaufort, Brunswick, Carteret, Craven, New Hanover, Onslow, Pamlico y Pender, informó la Casa Blanca el sábado.

La ayuda del gobierno puede incluir subvenciones para viviendas temporales y reparaciones de hogares, préstamos de bajo costo para cubrir pérdidas de propiedades no aseguradas y otros programas para ayudar a las personas y a los propietarios de empresas a recuperarse de los efectos del huracán, ahora debilitado y convertido en tormenta tropical.

También habrá fondos disponibles para el estado, algunos gobiernos locales y algunos grupos privados sin fines de lucro sobre una base de costo compartido para el trabajo de emergencia realizado en esos condados.