La puertorriqueña María Santiago-Burgos, una de las refugiadas tras el paso del huracán María, fue baleada de muerte anoche en el motel Super 8, informó la policía de Kissimmee por su pareja.

Segúnel Orlando Sentinel, las autoridades arrestaron a Leumas Moraza, de 38 años, como posible sospechoso de los hechos. El Click Orlando, identificó a Moraza como el novio de la víctima de 43 años. 

Pero según el medio clickorlando y un audio de una llamada recibida al 9-1-1, Moraza fue quien llamó a la Policía y les dijo que había discutido con su novia, que le había disparado, que cargaba con su arma y que se dirigía hacia la estación de policía más cercana.

Luego de tomar toda su información, el operador le indicó en la llamada al hoy convicto que permaneciera en el lugar donde estaba, que la policía iría hacia donde él y que hacía bien al entregarse. 

"Solo estaba discutiendo con mi novia y le disparé. Solo quiero que la policía me recoja, eso es", dijo Moraza.

El portal indicó que la víctima tenía dos hijos y que ambos, junto a la madre de la mujer, presenciaron la discusión inicial y el forcejeo donde, según uno de los niños, Moraza les apuntó con el arma a todos. Dijo que su madre intentó agarrarlo para evitarlo y que, ahí se escuchó el primer disparo. Añadió que acto seguido, su madre se encerró en la habitación del motel, que Moraza rompió la cerradura y le disparó nuevamente a la fémina, esta vez en el rostro.

La policía de Kissimmee arrestó a Moraza en Vine Street y Emory Avenue, según el informe. Fue fichado en la cárcel del condado de Osceola y cooperó con los detectives, según se describió.

El hermano de la víctima, José Santiago, declaró a Telemundo 31 que conocía a Moraza desde el año 2002, cuando llegó a la Florida, que era un hombre sano y que no se esperaba lo sucedido, aunque sí lo veía como una posibilidad.

“Le dije la semana pasada a mi hermana que tratara esquivar a ese hombre, que ese hombre estaba loco por ella”, dijo el hombre.

Santiago añadió que el sujeto no le permitía salir, compartir con sus familiares, ni hacer nada. “Si mi hermana me hubiese dicho, como me había dicho la otra vez, que él estaba así, yo se la saco de ahí”, añadió. “Yo lo veía venir, pero a veces uno, por ciego, no ve las señales.

“Fui al hospital y me dieron la noticia de que no pudieron salvarla, solo queda pedirle a Dios y que caiga todo el peso de la ley”, culminó.

Carmen Santiago, otra de las puertorriqueñas que se aloja en el motel, le dijo al medio que acababan de regresar de un evento donde las familias puertorriqueñas celebraron la extensión de ayuda para vivienda otorgada por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).

"Entré, le dije hola a mi esposo y de repente, 'boom'. Y el piso tembló… Luego, escuché a una mujer que dijo: ‘Por favor, ayuden a mi hija", narró Santiago al Orlando Sentinel.

Otra de las personas que escuchó los disparos desde su habitación y a la mujer pedir auxilio, fue Orlando Carrasquillo, de 52 años, quien no dudó en ir a ayudar.

"La vi luchar ... pero el daño ya estaba hecho, no podía hacer nada", lamentó.

Santiago-Burgos fue transportada al hospital donde falleció.

Aunque solo se conocían hace cuatro meses, porque ambos trabajaban en un parque temático, desarrollaron una amistad, comentó Carrasquillo.

“Ella era humilde y tenía un buen sentido del humor”, describió.

De acuerdo al diario local, los voluntarios de Vamos 4PR, una organización que ha abogado por los evacuados de Puerto Rico, dijeron que están trabajando con agencias en el condado para ofrecer consejería para los niños y las familias afectadas por el evento.